Como una medida eficaz para limitar la propagación del
nuevo coronavirus, debemos y tenemos que quedarnos en casa. Para proteger al
personal que pone las vacunas y a la población en general, muchos centros de
vacunación han cerrado sus puertas. Pero, si esta situación se prolonga,
nuestros niños en sus primeros meses de vida, estarán desprotegidos contra
enfermedades que se han controlado y desaparecido gracias a las vacunas:
difteria, tétanos, tosferina, sarampión y muchas otras.
El Ministerio de Salud Pública y el Servicio Nacional de
Salud, que manejan los centros públicos de vacunación y los centros privados
que ofrecen este servicio, deberán producir nuevas estrategias para que al
menos los lactantes menores de 18 meses de edad, sigan recibiendo sus vacunas
mientras se mantenga el estado de emergencia nacional. Los centros de
vacunación sin distinción, deberán ser desinfectados para que puedan seguir dando
el servicio bajo nuevas reglas y protocolos que protejan a los niños, a sus
madres y al personal sanitario del contagio por el coronavirus. Porque sería la
peor de las tragedias que en medio de esta pandemia, nuestros niños, vuelvan a
enfermar y a morir de enfermedades que se conoce son prevenibles por las
vacunas.
Las vacunas, le enseñan a nuestro cuerpo a defenderse
cuando algún virus o bacteria nos ataca y, como resultado, uno no se enfermará
o sufrirá levemente la enfermedad contra la cual nos hemos vacunado. Es por ello,
que la industria y la comunidad científica mundial buscan desesperadamente la
vacuna contra el nuevo coronavirus, otros virus y bacterias. Ojalá llegue la
era en la que exista una vacuna contra cada una de las enfermedades que
amenazan la salud humana.
Las vacunas, son productos biológicos atenuados y
modificados que, al tomarlos o inyectarlos, van a reforzar nuestro sistema
inmunológico para defendernos de enfermedades graves y potencialmente mortales.
Al recibirlas en la infancia y reforzarlas
oportunamente, nuestro sistema de defensas aprende a reconocer y a atacar las
infecciones a las que podamos exponernos posteriormente en nuestras vidas. Hoy
más que nunca y ante esta amenaza mundial del nuevo coronavirus, no podemos
dejar en desamparo a nuestros niños. No debemos descuidar sus vacunas.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario