Además, la esencia de la cosa no está en discutir si alguien tiene la razón o no, como si de una apuesta se tratara. La esencia está en dejarnos guiar por la ciencia, por los investigadores que están trabajando sobre el tema que aún no saben si es necesario, ni cómo ni cuándo hacerlo.
En ningún momento, ninguna
institución u organismo de investigación reconocido, ha autorizado que a una
persona que ha recibido dos dosis de la vacuna CoronaVac de los laboratorios
Chinos Sinovac, se le administre una tercera dosis de una vacuna que como la
Pfizer-BioNTech es de fabricación diferente. Y no es que estemos en contra de
una tercera, cuarta o quinta dosis o que contra el SARS-Cov-2 haya que
vacunarse todos los años como ha sido la regla en la vacuna contra la
influenza. Lo triste es, que después de tanto esfuerzo para que las personas
empezaran a creer en las vacunas, un anuncio extemporáneo haya caído como un
jarro de agua fría en una población que ahora es más incrédula.
La gente sabe que los
pediatras somos los médicos vacunadores por antonomasia. Que exigimos a los
padres vacunar a sus hijos y vacunarse ellos mismos y que exhortamos a los
colegas de otras especialidades a que manden a vacunar a sus pacientes. Que repetimos
hasta la saciedad que la mujer embarazada debía vacunarse contra la influenza,
la difteria, el tétano y la tosferina, porque de esa manera, la estábamos
protegiendo a ella y su niño. Sin embargo, para que los médicos pudiéramos
hacer esas recomendaciones, debimos esperar disponer de las evidencias que
garantizaran su seguridad y beneficios.
Somos los pediatras
quienes pedimos a los esposos, abuelas, tías y hermanos mayores, estar vacunados
para cuando la madre llegue de vuelta a la casa después del parto, porque la
evidencia ha demostrado a través del tiempo, que son los adultos no vacunados
alrededor del recién nacido quienes lo contagian.
Los pediatras no tenemos temor a repetir vacunas, porque lo hacemos a diario y, porque sabemos que, para proteger adecuadamente a los niños, los estamos vacunando desde que nacen, y al cumplir los 18 meses han repetido 4 veces las mismas vacunas contra las mismas enfermedades. Lamento haber tenido que escribir estas líneas, pero lamento mucho más, el tiempo y el esfuerzo que habrá que invertir para recuperar lo que ya habíamos conseguido.
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