Una característica de los virus es, seguir contagiando
mientras encuentren terreno fértil para hacerlo. Al encontrar personas no
vacunadas, se siguen replicando y disponen del tiempo para producir mutaciones
y variantes y estas a su vez producir subvariantes. Es lo que está sucediendo
con el SARS-Cov-2, que produjo la variante Delta, muy agresiva principalmente
en los no vacunados y últimamente, la Ómicron con las subvariantes BA.4 y BA. 5
que pueden infectar a personas que han padecido la enfermedad e incluso a
personas vacunadas.
Otra característica en el caso del SARS-C0v-2 es, que el
virus se puede transmitir de personas infectadas a personas sanas antes de que
aquellas presenten algún síntoma. Lo que hace difícil, por no decir imposible,
detener los contagios que están creciendo de nuevo y de manera exponencial en
el mundo.
En nuestro país, por ejemplo, hay que destacar que muchísimas
personas (sin estadísticas), por lo que vemos y oímos, se hacen pruebas caseras
para detectar contagios con resultados positivos que no son reportadas al MSP
ni al médico y que dan por seguro que, un resultado negativo significa que no se
está contagiado. Mucha gente, además, dispone de un kit con una serie de
medicamentos recetados o auto recetados de manera empírica que incluye a la
Ivermectina que se ha demostrado no sirve contra la Covid-19. Ante esta
realidad, ¿Qué hacer?
Educar y Educar. Relanzar de nuevo las vacunas para que
abarquen a toda la población, como ya lo hicimos una vez. Desde los niños lactantes con las
vacunas a las concentraciones aprobadas para sus distintas edades, hasta los
envejecientes. Proteger, cuidar y vacunar a todas las personas con alguna
condición que les predisponga a agravarse o morir si es que llegaran a
contagiarse y que incluya a las embarazadas. Sin desigualdades sociales, para
que todos sin excepción, tengamos acceso a las vacunas y a muchos otros bienes
y servicios.
Fortalecer nuestro sistema inmunológico haciendo entre
otras cosas: vida al aire libre, disfrutar la naturaleza, playas y ríos. Haciendo
algún deporte o actividad física y una alimentación sana. Que niños y
adultos duerman diez y ocho horas por la noche. Aprender a administrar la
televisión, las noticias y las redes sociales, dejando a un lado a las personas
conflictivas. Y dejarnos guiar por la ciencia, por los expertos en salud
pública, sus directrices y recomendaciones.
Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
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