Los niños permanecen mucho tiempo en el
colegio, y allí, almuerzan y meriendan. Por otra parte, el gobierno dominicano,
a través del Ministerio de Educación, está implementando la tanda de educación
extendida donde el niño pasará prácticamente todo el día en la escuela.
Entonces, la escuela y el colegio, están llamados a jugar un rol importante en
la educación y hábitos alimenticios del niño.
Un estudio
reciente que incluyó 55 escuelas intermedias en Michigan, EE.UU., con
estudiantes en su mayoría de bajos recursos, donde se les ofreció opciones más
saludables de alimentación. Esto influyó positivamente, para que los niños
comenzaran a cambiar hábitos malos por otros buenos al momento de alimentarse.
En las
escuelas que introdujeron nuevas
prácticas en su política nutricional, los estudiantes comieron un 26%
más frutas, un 14% más verduras y un 30% más granos integrales. También
aumentaron su consumo de fibras, calcio y vitaminas C y A, como aparece en la
edición online del 11 de noviembre/2013 de la revista Childhood Obesity.
Los nuevos
estándares en los EE.UU. para la nutrición que entrarán en vigencia en el año
escolar 2014-2015 podrían ayudar a mejorar los hábitos alimenticios de los
estudiantes en ese país. Y, la política del Departamento de Agricultura fijará
límites sobre las calorías, la sal, el azúcar y las grasas en los alimentos y
bebidas, promoviendo unas meriendas con más granos integrales, frutas y
verduras.
“Cuando se
ofrecen opciones de alimentos saludables, los estudiantes las seleccionan, las
comen y mejoran sus dietas” aseguró en un comunicado de prensa de la Robert
Wood Jhonson Foundation, Katherine Alaimo, profesora del Departamento de
Ciencias Alimenticias y Nutrición Humana de la Universidad del Estado de
Michigan.
Por lo que
debemos entender, que la prevención es la mejor de las medicinas. Que debemos
enseñar a nuestros niños desde el hogar a comer sano. Y, con la ayuda de la
escuela, llegar a tener adultos más
longevos y productivos, con menos probabilidades de ser obesos, hipertensos,
cardiópatas o diabéticos. Y, sin tener que depender de unos medicamentos que
acaban con la precaria estabilidad económica del enfermo, por no decir con su
vida.
Fuente: Robert Wood Johnson Foundation, HealthDay News, noviembre
11/2013.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo,
República Dominicana
No hay comentarios:
Publicar un comentario