Entre los años 2008 y 2013 se llevó a cabo en St. Louis EE.UU. el proyecto
CHOICE. Los embarazos y la tasa de nacimientos entre las jóvenes sexualmente
activas que participaron en el proyecto, se redujeron a una quinta parte cuando
se compararon con el resto del país.
El programa se basó en la utilización de dispositivos LARC (Long Acting
Reversible Contraceptives, anticonceptivos reversibles de acción prolongada). Se
seleccionaron 1, 404 teenagers sexualmente activas a las que se les brindó
consejería sexual y asistencia médica, así como la aplicación de un DIU o
Dispositivo Intrauterino, o un implante subcutáneo para la prevención del
embarazo. El 72% de las jóvenes se decidieron por el DIU y por el implante
subcutáneo, y el restante 28% optó por otro método. Todo sin costo alguno.
En el período 2008-2013 la tasa media anual de embarazos, nacimientos y
abortos entre las adolescentes que participaron en el programa fue de 34, 19.4
y 9.7 por cada 1000 respectivamente. Sin
embargo, la tasa anual de embarazos, nacimientos y abortos en las adolescentes
del resto de la nación fue 158.5, 94 y 41.5 por cada 1000 teenagers. (Provision of no-cost, Long-acting Contraception and
Teenage Pregnancy: New England Journal of Medicine, octubre 2, 2014).
Para hacernos una idea del alcance de ésta estrategia, los Centros para el
Control de Enfermedades (CDC) de los EE.UU. tienen como objetivo reducir los
nacimientos por embarazos en adolescentes a 30 por 1000 para el año 2015. Sin
embargo, en el proyecto CHOICE, los resultados son de 19.4 embarazos por cada
1000 adolescentes.
El embarazo en las adolecentes es una epidemia mundial y una carga
económica y social enorme para cualquier país. La adolescente embarazada recibe
poca atención médica prenatal, lo que
hace que se complique con más frecuencia al momento del parto. En ellas, es
alto el número de abortos espontáneos o provocados, el nacimiento de niños
prematuros y bajo peso. Son niñas desertoras escolares, madres solteras, con
tendencia a la prostitución, pariendo niños que luego son jóvenes con una alta
tendencia a las drogas y a la delincuencia. Eso es lo que estamos viviendo, y
es lo que hay que detener, si no queremos terminar en una nación fallida. Para
ello, debemos implementar un plan nacional sostenido y a largo plazo, que
abarque educación a todos los niveles y la consolidación de la escolaridad
extendida. Salud para todos, haciendo énfasis en la atención primaria
preventiva, y el acceso a la educación sexual, y a los métodos anticonceptivos.
Deberá ser un plan nacional ambicioso, permanente y costoso, pero que siempre
será menos caro y mucho menos doloroso, que permitir que la Sociedad Dominicana
continúe por el camino que estamos transitando
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
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