Un estudio de publicación reciente indica, que la prevalencia de pérdida
congénita de audición en recién nacidos con síndrome de Down es de un 15%. “Los
niños con síndrome de Down tienen una
alta prevalencia de pérdida congénita de la audición comparados con la
población neonatal total, 15% vs 0.25%”. Por lo tanto, el monitoreo de la
audición en estos niños, debe hacerse desde muy temprano. (The Journal of Pediatrics
online, octubre 20, 2014)
El síndrome de Down no discrimina, puede ocurrir en personas de todas las
razas y todos los niveles socio económicos. Y, es la condición genética más
común. 400 mil estadounidenses tienen este síndrome y más de 6, 000 bebés nacen
cada año en ese país con esa condición.
En los inicios del siglo pasado la esperanza de vida de éste síndrome era
muy baja. Sin embargo, con los avances de la medicina y las técnicas
quirúrgicas, esto ha cambiado. Estos niños que frecuentemente nacen con
malformaciones cardiacas, son operados y tratados por equipos
multidisciplinarios, y en la actualidad, la sobrevivencia puede alcanzar sobre
los 60 años de vida.
El niño con síndrome de Down es una persona especial, pero no es especial
porque pretenda esconder una discapacidad. Es que realmente lo es, es una
persona especial no importa la edad que tenga. Porque tiene y regala una
alegría contagiosa, porque la mantiene en el tiempo sin ningún esfuerzo y sin poses.
Por su ingenuidad y la dulzura que exhibe, cuando los otros hace tiempo que ya
la perdieron.
A esa persona especial, háblele con naturalidad de su condición, hágale
consciente de sus muchas capacidades y también de sus limitaciones, no le
mienta e intégrelo a su vida cotidiana. Y, ahora que sabemos que es más
propenso a perder su audición, preste atención a ese aspecto de su salud, que
si pasa inadvertido o no es detectado a tiempo, puede ser un factor importante
para no alcanzar la integración deseada.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
No hay comentarios:
Publicar un comentario