El contacto con la naturaleza nos hace amables, felices y más creativos. Los científicos están encontrando cada día más evidencias del profundo impacto en nuestro comportamiento y en nuestro cerebro que la naturaleza ejerce al reducir la ansiedad y el estrés e incrementando nuestra capacidad de atención, la creatividad y la habilidad para relacionarnos con las demás personas.
“Estamos observando cambios en el cuerpo y el cerebro humanos que nos
sugieren que somos más saludables física y mentalmente cuando estamos en
contacto con la naturaleza”, afirma
David Strayer, sicólogo investigador de la Universidad de Utah.
Recientemente se realizó en Japón un experimento con dos grupos de
personas. A un grupo se le pidió hacer caminatas en la ciudad, y al otro, hacer
lo mismo en el bosque. Caminaron iguales distancias con el mismo grado de
dificultad, al tiempo que se les midió a ambos grupos sus variables cardiacas y
la presión arterial. Además, los participantes llenaron unos cuestionarios
acerca de su estado de ánimo durante la prueba, sus niveles de estrés y otras
mediciones en el orden sicológico.
Los que realizaron su caminata en el bosque tuvieron una frecuencia
cardiaca más baja y una más alta variabilidad cardiaca comparados con los que
caminaron en la ciudad, indicadores de una mayor relajación y mucho menor
estrés. Resultados similares se han encontrado en Finlandia en otro estudio en
condiciones similares. Las explicaciones para estos resultados no están del
todo claras, pero los científicos están convencidos de que el contacto con la
naturaleza es la causa responsable de estos efectos en el ser humano. “El
contacto con la Naturaleza nos hace felices, nos alivia la fatiga y aumenta
nuestra creatividad, nos hace más amables y generosos”.
En el año 2010, Tim Beatley profesor de arquitectura de la Universidad de
Virginia, propuso al mundo su proyecto “ciudades Biofílicas” donde se busca
integrar la naturaleza a nuestras ciudades, (Singapur es un buen ejemplo), para
que niños y adultos puedan fusionar sus actividades diarias con la naturaleza
que les rodea. Es un reto para los ingenieros, arquitectos y urbanistas, para legisladores
y autoridades municipales. Hacer de nuestras ciudades y sus edificaciones,
espacios donde las personas aprendan a convivir y a disfrutar de la naturaleza.
Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
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