Las enfermedades infecciosas reemergentes son aquellas que ya estaban
controladas, en franco descenso o prácticamente desaparecidas, que vuelven a
constituir un problema de salud pública. Entre sus causas están, un
hacinamiento y aumento poblacional incontrolado, la pobreza y una menor
cobertura vacunal. La difteria es una de ellas, que está reapareciendo en nuestro
país e incluso en naciones con mayor desarrollo que el nuestro.
Además del fallo oficial en proporcionar una cobertura de inmunización
universal y permanente, en nuestro país se suman otros factores que explican
ésta reemergencia: fallos en la cadena de frío que permita administrar vacunas
en óptimas condiciones, déficit del saneamiento ambiental, agua potable que no
llega a toda la población, incremento en las migraciones no reguladas de gente
desprotegida a través de la frontera; el uso de sustancias prohibidas, la
promiscuidad sexual y las alteraciones en la ecología y el medio ambiente. Los
constantes viajes intercontinentales con movimiento de personas, virus y
bacterias de un país a otro.
En nuestro país, no existe la cultura de vacunar a la persona adulta. Y, una vez superada la edad pediátrica, nadie
vacuna a nadie. Muchos casos de difteria y tosferina en niños muy pequeños, son
transmitidos por familiares no vacunados: padres, tíos, hermanos mayores y
abuelos que si se vacunaron alguna vez, jamás reforzaron dichas vacunas. Muy
pronto, y anoten este dato, la cartilla de vacunación de niños y adultos, será
un documento tan obligatorio como el pasaporte para poder viajar a los países
del primer mundo.
La prioridad del gobierno y su sistema de salud pública debiera ser,
evitar la aparición de enfermedades que se puedan prevenir con vacunas, vacunar
a toda su población infantil y adulta. Establecer un control sanitario en la
frontera y el flujo migratorio en los puertos marítimos y aeropuertos, e
informar permanentemente sobre la situación de salud del país y sus amenazas.
Mejorar las condiciones de vida de toda su población, creando la
infraestructura para que las riquezas que genera el país sean devueltas a la
población en una educación y salud públicas de calidad.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana
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