miércoles, 5 de julio de 2017

Lactancia materna: otros beneficios poco conocidos

La OMS nos dice algo que no sabíamos, “que los beneficios de la lactancia materna no se limitan al tiempo del amamantamiento, sino, que perduran para toda la vida”.
Amanda Sacker, investigadora del Colegio Universitario de Londres dirigió un estudio que abarca desde la década de los 50 hasta la fecha con decenas de miles de niños a los que se les dio seguimiento hasta que fueron adultos. Concluyendo, que la lactancia materna es un factor determinante para lograr un mayor ascenso social. Y si bien es cierto que en éste hecho inciden muchos factores, dejó claro, que la inmensa mayoría de los niños que tomaron el seno materno, superaron a sus padres sociocultural y económicamente cuando fueron adultos, al compararlos con los no amamantados.

Lactancia materna y enfermedad de Kawasaki: esta es una seria enfermedad que se caracteriza por una inflamación de todas las arterias del organismo principalmente las arterias coronarias. Se conoce en todo el mundo, siendo más frecuente en Japón. Takashi Yorifuji y colaboradores dirigieron en ese país un estudio entre los años 2010 y 2016 encontrando que los niños amamantados, fueron internados con esa enfermedad en un porcentaje muy inferior que los alimentados con formulas maternizadas.

Lactancia y leucemia infantil: este, es un cáncer que aparece en la edad pediátrica con relativa frecuencia y cuyas causas no están aún muy claras. Efrat Amatay y Lital Kenian-Boker investigadores de la Universidad de Haifa en Israel en el año 2015 publicaron una investigación donde concluyen, que los niños amamantados, tienen un 19% menos de padecer ésta grave enfermedad.

Lactancia y sistema cardiovascular del prematuro: cuando un niño nace antes del término, su sistema cardiovascular tiene aún que madurar en su función y estructuralmente, y, no hay dudas, que para esto, la nutrición juega un papel fundamental. Adam J. Lewandowski y cols. Publicaron en Pediatrics la revista oficial de la Academia Americana de Pediatría en julio/2016, una investigación donde demuestran que los ventrículos y aurículas de los niños amamantados son más fuertes y que su volumen de eyección de sangre en cada latido es mayor al compararlos con los niños que usaron formulas.

Lactancia y autismo: esta condición, cuyas causas aún son desconocidas,  que se diagnostica en la niñez y que persiste por toda la vida. Que en la actualidad es alarmante en su frecuencia de 1 caso por cada 70 nacimientos, la genética, es quizás el factor más importante en su aparición. La leche materna, puede prevenir ésta condición en aquellos niños con esa predisposición genética según un estudio dirigido por Kathleen Krol, Leipzig, Alemania, publicado en octubre/2015 en “The Proceeding of the Natural Academy of Sciences”. Para el 2013, ya se conocía la importancia del I G F, Factor de Crecimiento Insulínico, proteína importante en el desarrollo del cerebro humano. La leche materna, previene la carencia de este factor cuya deficiencia es indicador de autismo.

Desde hace muchos años, sabemos que la leche materna en el primer año de vida del niño, y si éste la toma de manera exclusiva por lo menos seis meses, le protege contra muchas enfermedades, le evita internamientos hospitalarios permitiéndole crecer saludable. La lactancia le aporta unos elementos que ninguna otra leche le puede aportar: lactoferrina, hormonas, anticuerpos, oligosacáridos, células madre etc. Ante tales evidencias, y, reconociendo que cada día hay nuevos descubrimientos respecto de este alimento conocido como el “oro biológico “. Debo afirmar, que negarle a un niño recién nacido el derecho a amamantarse, debería ser considerado ya, como un abuso o maltrato infantil.

Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana

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