Mucha gente cree que la
transfusión de sangre de un familiar cercano a otro es la más segura, y no es
así. Las transfusiones entre familiares muy cercanos no son recomendables. Porque
existe una complicación o reacción que se conoce como “injerto contra huésped”
(EICHT), que puede ser grave y hasta fatal.
El injerto contra huésped
es la principal complicación de los trasplantes de células sanguíneas donde se
conjugan eventos inmunológicos entre el tejido injertado (la sangre) y el
organismo receptor. En otro orden, si el banco de sangre respeta con
rigurosidad todos los procesos y analíticas pertinentes, las probabilidades de
adquirir una enfermedad por transfusión deberían ser casi nulas.
Debemos dejar los
prejuicios y fomentar la cultura de la donación de sangre. Si usted donó una
pinta de sangre (500 ML) en 4-5 horas su organismo recupera su volumen
sanguíneo totalmente. Los glóbulos blancos se recuperan en 12 horas, las
plaquetas en 3 días y los glóbulos rojos en 2 meses. Es por eso que debe
esperarse al menos dos meses para volver a donar. Toda persona saludable de
nuestro país que haya cumplido los 18 años debería ser un donante de sangre y
con ello estaríamos resolviendo serios problemas de vida o muerte a mucha
gente. Recordando, que la sangre humana es una donación, no un negocio, y que
salvar una vida no tiene precio. Y, porque al vender la sangre, se pone en
peligro la seguridad de la sangre misma y la salud del que la recibe. Entonces,
ante cualquier eventualidad, lo correcto es, que sea el banco el que nos
suministre la sangre que ya los ciudadanos hayamos donado.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
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