sábado, 9 de enero de 2021

QUÉ DEBIÓ ENSEÑARNOS EL 2020 Y QUÉ DEBIMOS APRENDER?

  Que el ser humano es más frágil y vulnerable de lo que creíamos. Que la salud y la familia son el bien más preciado, más que cualquier propiedad material. Que la solidaridad, la justicia, la igualdad y la compasión entre las personas, son virtudes que debemos practicar sin esperar a que una catástrofe mundial nos obligue.

 

Que nunca hemos tomado en serio las advertencias de los expertos que nos han dicho que debemos trabajar más eficazmente como gobiernos y como sociedad para prevenir o minimizar los efectos de las enfermedades potencialmente catastróficas que desde hace tiempo nos amenazan. Porque la COVID-19 no es la primera ni será la última pandemia que sufrirá la humanidad. Lamentablemente, otras pandemias están por venir y, es nuestra responsabilidad prevenirlas o reducir considerablemente sus efectos si llegaran a producirse.

 

 La OMS advierte a los países, a los gobiernos y a los habitantes del planeta sobre 10 amenazas a las que debemos poner atención, porque se pueden prevenir, y porque en su mayoría son el producto de la actividad humana: 1) La gripe pandémica. 2) La precariedad de la salud por los conflictos armados. 3) El cólera. 4) El resurgimiento de la difteria y otras enfermedades que se habían controlado. 5) La malaria o paludismo. 6) Las catástrofes naturales. 7) La Meningitis. 8) La fiebre amarilla. 9) La malnutrición y 10) La intoxicación alimentaria.

 

Mucho depende de nosotros. De la desigualdades e injusticia existentes. En un mundo donde el 2% de la población posee el 90% de la riqueza del planeta. Un ejemplo: los conflictos bélicos producto de la ambición de gobiernos y potencias mundiales, siguen asolando los sistemas de salud en todo el mundo, desde Yemen hasta Ucrania, desde Sudán del Sur hasta la República Democrática del Congo donde las estructuras sanitarias y su personal son el blanco de las partes combatientes, teniendo como resultado miles de niños y adultos sin acceso a las vacunas y a la asistencia médica con el resurgimiento de enfermedades que se están propagando por todos los continentes.

 

Ojalá que la experiencia vivida en este año que ya termina y las que todavía tendremos que vivir debido al SARS-Cov-2, nos enseñen a ser mejores personas, a escoger mejores gobernantes y aprender a encontrar la felicidad proporcionando el bienestar y la felicidad de los demás.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.

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