La gente común se
pregunta: ¿Por qué personas que se han vacunado se han contagiado con el
coronavirus?, ¿Qué tiempo me protegerá la vacuna?, ¿Cuándo llegarán? Y, ¿Cuáles
efectos no deseados puedo sufrir?
Debemos saber que, si me
vacuno hoy, estaré desprotegido por algunos días. Porque no habrá pasado tiempo
suficiente como para que mi organismo haya producido anticuerpos contra la
enfermedad. 3 a 4 semanas después, cuando se me administre la segunda dosis es
cuando empezará a producirse en mi persona una inmunización lo suficientemente
fuerte como para protegerme. ¿Por cuánto tiempo? no sabemos, y el tiempo
dirá si habrá que ponerse refuerzos.
Las vacunas producen
protección en un país cuando una gran proporción de la población se ha
vacunado, si la vacuna protege en un 95%, existe un 5% que, aunque reciba la
vacuna podría estar desprotegido y, si no se han cumplido estrictamente los
procesos de transporte y almacenaje, si se rompió la cadena de frío que las
vacunas requieren, podrá haber personas inyectadas, pero no vacunadas. Son procesos
muy estrictos que hay que cumplir. Y, ¿Cuáles son los efectos secundarios de
las vacunas contra COVID-19? Los mismos que conocemos de otras vacunas que a
pesar de conocerlos las seguimos poniendo, porque los beneficios siempre serán
muy superiores a los efectos no deseados. Como son vacunas nuevas, en el
futuro, podrían aparecer efectos que hoy desconocemos. Una especulación que no
invalidad el hecho de que estaré más seguro si estoy vacunado.
Las vacunas contra
COVID-19 se comenzaron a distribuir en diciembre pasado no con la eficiencia y
rapidez que desearíamos y, en nuestros países, está por verse. Entre los
acuerdos que buscan asegurar un acceso equitativo está el de Astra Zeneca/Oxford
para aportar 170 millones de dosis y Johnson and Johnson para aportar 500
millones de dosis. Unicef anunció que está listo para transportar 850 millones
de toneladas de vacunas COVID-19 cada mes, sin embargo, la realidad es otra.
No se debe fomentar el
pesimismo, pero hay que ser realista. En nuestra América pobre, con tantas
carencias, en medio de esta pandemia, con autoridades que quisieran actuar,
pero que cuentan con una población ajena y poco comprometida y demasiado gente
opinando. Hay que llamar a la cordura, a la paciencia y a la buena voluntad. De
lo contrario, seremos los últimos una vez más.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.
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