Foto © James Gathany
La convulsión febril es un evento convulsivo en un niño entre los 6 meses y los 5 años de edad desencadenado por la fiebre, sin que exista una infección cerebral, trastorno metabólico o historia de convulsión sin fiebre. Las convulsiones febriles ocurren en el 5% de los niños y representan la mayor causa de desórdenes convulsivos de la niñez.
En un estudio realizado por Jonathan Duffy et al. Y conducido por “Vaccine
Safety Datalink” (VSD) se responde a las inquietudes de muchos padres que saben
que las vacunas administradas individualmente van a producir fiebre y
potencialmente convulsiones. Entonces, tiene sentido pensar, que inyectar
varias vacunas al mismo tiempo aumenta este riesgo.
VSD evaluó la frecuencia de convulsiones febriles después de la vacuna
contra la influenza en 5 temporadas (2006-2007 y 2010-2011) con la vacuna sola,
o en combinación con la vacuna conjugada del neumococo y la vacuna DTaP contra
la Difteria, Tétano y Pertussis acelular o tosferina, ya que se recomienda
rutinariamente ponerlas todas juntas.
El estudio reportó, que las vacunas inyectadas todas juntas, van a producir
más fiebre que puede desencadenar convulsiones febriles a razón de 30 casos por
cada 100,000 niños vacunados. Y, que en la realidad de la práctica pediátrica,
el médico deberá esperar como mucho, ver un caso de convulsión febril cada 5 o
10 años atribuible a las vacunas cuando se inyectan todas a la vez.
Con los resultados de este estudio, debemos calcular los riesgos
beneficios. Los riesgos de convulsión por vacunas son ínfimos, la convulsión
febril, si bien es un episodio dramático, lo cierto es, que no deja secuelas
neurológicas ni de ningún otro tipo. Poner las vacunas en una sola visita es
más cómodo, hay que pinchar menos al niño y es menos costoso, y lo más
importante es, que el niño quedará protegido contra infecciones que acarrean
riesgos reales de enfermedad y muerte. Y, se sabe, que cuando se pierde una
oportunidad de vacunar, es muy probable que ese niño no vuelva, corriéndose el
riesgo de no haberlo protegido contra alguna enfermedad grave prevenible con
una vacuna. En estas circunstancias sí vamos a ver muchas convulsiones febriles
ya no por las vacunas, sino por las infecciones que pudimos prevenir y que no
lo hicimos.
Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
FUENTE: Pediatrics: “Vaccines and Febrile Seizure”, July 1st. 2016, Vol. 138/ISSUE 1
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