lunes, 27 de enero de 2014

Vacuna del Rotavirus

En enero/2006 el New England Journal of Medicine (NEJM) publicó dos importantes estudios donde se reportaba la seguridad y eficacia de dos vacunas para la prevención de la diarrea y sus complicaciones en el niño. Una era Rotateq, vacuna pentavalente (RV5) de laboratorios Merck y la otra, Rotarix, vacuna monovalente (RV1) de laboratorios GlaxoSmithKline.  Cada estudio enroló a más de 60, 000 niños para determinar si dichas vacunas administradas por la boca, podían causar una complicación conocida como invaginación intestinal. Esta complicación, se había asociado a la única vacuna autorizada contra el rotavirus para el año 1999, la Rotashield de laboratorios Wyeth-Lederle. Este laboratorio, en un acto responsable y ético, descontinuó su producción y retiró del mercado dicha vacuna. La evidencia médica al día de hoy nos dice, que sí es cierta la asociación de la vacuna contra el rotavirus y la invaginación intestinal con las dos vacunas existentes.

Sin embargo, ambas vacunas, son recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la protección de todos los niños en riesgo de adquirir diarreas. Y, su introducción en los programas oficiales de inmunización en más de 50 países, ha representado grandes beneficios en la preservación de la salud infantil en todo el mundo. Solo en los EE.UU. donde la vacunación rutinaria contra el rotavirus se inició en 2006, las hospitalizaciones y las visitas a salas de emergencia, han disminuido en más de un 80% en los niños vacunados.

También es cierto, que fue en los EE.UU. donde se detectaron los primeros indicios de que la vacuna podía producir invaginación intestinal por el National Vaccine Adverse Event Reporting System (VAERS) que es el Sistema Nacional de Reportes Adversos, órgano encargado de recibir los informes que hacen los médicos y los padres de los niños sobre los efectos no deseados de las vacunas.

Se hicieron dos estudios independientes de vigilancia, el Vaccine Safety Dataling (VSD) que fue auspiciado por los Centros de Control de Enfermedades (CDC) que enrola a niños de seis organizaciones nacionales de salud, y otro, auspiciado por la FDA o Administración de Drogas y Alimentos de los EE.UU., conocido como Post License Rapid Immunization Safety Monitoring(PRISM), que vigila las de alta en los hospitales, en las salas de emergencia, y los pacientes ambulatorios de tres grandes grupos de seguros médicos en los EE.UU.

Ambos estudios parecen ser contradictorios por lo que deben ser analizados con precaución. El VSD encontró asociación significativa de la vacuna monovalente (RV1) y la invaginación intestinal y no riesgo significativo con el uso de la vacuna pentavalente (RV5), mientras que el estudio PRISM no detectó riesgos con la monovalente y encontró una asociación significativa con la vacuna pentavalente (RV5). Lo cierto es, que la evidencia médica nos enseña, que la vacuna contra el rotavirus se relaciona con esa complicación, pero solo en el orden de 1 a 5 casos por cada 100,000 niños vacunados. La balanza va a favor de seguir vacunando si comparamos los riesgos a que exponemos a los niños si no se vacunan, en relación a los múltiples beneficios que reciben cuando lo hacemos.


Fuente: NEJM, “Rotavirus Vaccine – Balancing Intussusception Risks and Health Benefits, enero 14/2014.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana 

El Niño y las Matemáticas

Sabemos, que la estimulación temprana, al niño, le ayuda a desarrollar unas habilidades que irán en su beneficio. Es por eso, que desde que nace, se le debe estimular con lecturas, cantos de cuna etc., pero, eso no basta. Debemos enseñarle los números, las fracciones y los decimales, las matemáticas. Y, nunca cometer el error de decirle, que los números son muy difíciles y que usted las matemáticas las odiaba cuando era estudiante.

Estamos en contacto con las matemáticas desde que nacemos. Porque nuestro lenguaje cotidiano, expresa una gran cantidad y variedad de elementos matemáticos: las horas del día, los días de la semana, las semanas y los meses del año, es decir, el tiempo, lo expresamos en matemáticas.  El peso y el tamaño de las cosas etc. En sus juegos, el niño cuenta sus juguetes, los agrupa, los ordena y los separa, y es ésta, una manera simple de comenzar a resolver pequeños problemas de suma, resta y división. Eso es matemáticas.

Al niño se le enseña matemáticas en la escuela, pero las últimas investigaciones nos dicen, que la familia es parte esencial en el proceso de aprendizaje, aunque los padres nunca hayan estudiado
esa materia. Haciendo algunos ejercicios sencillos en el hogar, podemos hacer la diferencia: hable de su trabajo y dígale cómo las matemáticas le ayudan en el mismo. Cuando recoja  a su hijo, desde el colegio hasta el hogar, dígale cuantos kilómetros, millas o metros le faltan para llegar, qué tan importantes son las matemáticas en el deporte, la música, en la fabricación de los carros y los aviones etc.  Si usted busca matemáticas a su alrededor, cada día encontrará más y más y sus hijos también, con la diferencia, que ellos, las sabrán utilizar cada vez mejor que usted.

Es un deber de los padres y un derecho del niño incentivarlo en el uso del computador, la calculadora y la internet como instrumentos de uso familiar para el ejercicio de las matemáticas.  La tecnología y las matemáticas se han convertido en nuestros aliados, pues los grandes proyectos y sus cálculos tan complejos nos han enseñado el poder de esa asociación. Unos elementos casi imprescindibles en la preparación del niño de hoy, si es que deseamos que pueda competir en la sociedad del futuro. No hacerlo, sería condenarlo a perpetuarse en la ignorancia y el subdesarrollo.

Annie Murphy Paul, autora de libros, conferencista experimentada y columnista de primera línea de Time Magazine, New York Times, Forbes .com, Psychology Today.com etc. nos dice, “que hablarles a los niños de números y matemáticas en la casa, es un predictor de grandes beneficios”, que les serán de gran ayuda cuando tengan que enfrentar sus estudios en la escuela o en la universidad.  Destacando al mismo tiempo, los conceptos que en ese sentido aportan los trabajos realizados por Alicia Chang de la Universidad de Delaware, y las investigaciones de Susan Levine y colaboradores de la Universidad de Chicago en los EE.UU.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana











Autismo: Diagnóstico Temprano

Se nos ha dicho, que las primeras señales de autismo las vamos a notar en el niño entre los 2 y 3 años de edad.

Existen unas señales de alerta que los anglosajones llaman “red flags” o banderas rojas, como las que se colocan en las playas en anuncio de peligro. Estas señales, las podemos identificar en los niños con riesgos de padecer Trastornos del  Espectro Autista (TEA), entre los 12 y 24 meses de de edad: Que el niño hable o balbucee en un tono raro, que reaccione desproporcionadamente a estímulos como el sonido o la luz, que mantenga un mismo juguete por mucho tiempo en su mano o que juegue con éste diferente a como lo haría otro niño de su misma edad, que se irrite facilmente y sea muy difícil calmarlo, que sea incapaz de pedir objetos señalándolos con el dedo, o que  responda inadecuadamente, o no responda cuando se le llama por su nombre etc.

Sin embargo, un estudio reciente indica, que al menos una señal de autismo podría comenzar a verse tan temprano como a los dos meses de vida. “Hallamos que las señales de autismo son medibles y observables en los primeros meses de vida” aseguró Warren Jones, autor del estudio y director de investigación del Centro de Autismo Marcus del Children´s Healthcare de Atlanta en los EE.UU.  Estas son las señales más tempranas del autismo que jamás se han observado  comentó Jones, y anotó, que podrían estar asociadas con la gravedad de los síntomas. Se estima, que en los EE.UU. uno de cada 88 niños sufre de un TEA, lo que da una idea de la magnitud del problema y la importancia de diagnosticarlo a tiempo.

La señal temprana consiste, “en el desinterés del niño por contactar los ojos de los demás”. Se notó, que ese desinterés del niño que luego desarrolló autismo en contactar los ojos de las demás personas, comenzó tan temprano como a las 8 semanas de vida y permaneció en el tiempo.

En el estudio citado, los investigadores inscribieron 59 bebés que se consideraron con riesgo alto de desarrollar un TEA, porque tenían un hermano autista, y se compararon con 51 bebés considerados de riesgo bajo. Para los 3 años de edad, apenas un niño del grupo de bajo riesgo fue diagnosticado con TEA, mientras que 12 niños del grupo de alto riesgo presentaron el trastorno.

“La preservación de cierta observación ocular, podría servir en el futuro para identificar las señales tempranas de ésta discapacidad social. Podríamos entonces, considerar intervenciones para fomentar esa observación ocular temprana y ayudar a reducir algunas de las discapacidades asociadas al autismo”, (W. Jones). Estos hallazgos, que fueron publicados online el 6 de noviembre/2013 como una carta en la revista Nature, deben ser confirmados con estudios más grandes, antes de que puedan conducir a cambios en la práctica clínica. Los padres, tampoco deberían ponerse nerviosos si su hijo no le ve siempre a los ojos, pero, ante la duda, deben conversar del tema con el pediatra.

Fuente: HealthDay, un servicio de los Institutos Nacionales de Salud de los EE.UU.(NIH)
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana