lunes, 30 de noviembre de 2015

Aburrirse puede ser bueno



Si bien es cierto que los niños no deben disponer de mucho tiempo ocioso, también es cierto, que en estos tiempos les estamos exigiendo demasiado. Parecería que no les estamos permitiendo ser niños. Tienen que ir al colegio, hacer las tareas, aprender idiomas, ir al futbol, al ballet y la clase de música, etc. "Esta sociedad competitiva y global nos obliga", me decía una madre.

A los niños, se les debe permitir de vez en cuando aburrirse para que puedan desarrollar su capacidad innata de ser creativos, dice una experta en educación. Teresa Belton, investigadora de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido dijo a la BBC: "Las expectativas culturales de que los niños deben estar siempre activos podrían obstaculizar el desarrollo de su creatividad e imaginación”. Ella asegura que los niños necesitan tiempo para no hacer nada y yo digo que los adultos también. ¿Cuántas obras interesantes no han sido concebidas en la humanidad cuando disponemos de más tiempo, desde el monasterio, el exilio o hasta inclusive la cárcel?

El aburrimiento se asocia con frecuencia a la soledad, pero estar solo aveces es bueno, afirma la escritora Meera Syal entrevistada por la Dra. Belton a quien le dijo: “pasé horas de mi vida, en mi  infancia, mirando a través de la ventana campos y bosques, viendo los cambios del clima y las estaciones. Y, a la neuróloga y experta en el deterioro del cerebro Susan Greenfield, quien también le entrevistó, Syal le dijo: “mi infancia transcurrió en una familia con poco dinero y sin hermanos hasta los 13 años, y me entretenía felizmente inventando historias, y haciendo dibujos de esas historias”.

Belton, experta en el impacto de las emociones en el comportamiento y el aprendizaje, dice que “el aburrimiento puede ser una sensación incomoda y por ello, la sociedad ha desarrollado la expectativa de estar constantemente ocupado y estimulado. Pero, ser creativo, implica ser capaz de desarrollar un estímulo interno, porque la naturaleza humana, aborrece el vacio y nosotros, tratamos de llenarlo, y en ocasiones, eso no es bueno. Por otra parte, a los niños y jóvenes que no les hemos proporcionado los recursos interiores o las respuestas para hacerle frente al aburrimiento de una manera creativa, terminan dando tumbos o haciendo cosas sin sentido”.

En resumen, volvemos a repetir, que la clave está en una palabra: EQUILIBRIO, en todo,  en la educación de nuestros hijos, en lo que les permitimos y en lo que les exigimos, en lo que comen o dejan de comer. Y, hay que estar vigilante, para que esta “sociedad competitiva globalizada” no nos atrape con sus tentáculos impidiéndonos ver claro el objetivo: que nuestros hijos sean personas felices.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana

martes, 24 de noviembre de 2015

Intolerancia: pecado de la modernidad

La gente de nuestro país ya no es como antes. La intolerancia es más evidente a todos los niveles. Se está perdiendo la alegría en la gente de abajo, del medio y los de arriba. Es intolerante el taxista, el chofer de concho, el que conduce el carro destartalado como el que maneja el vehículo de lujo, el civil y el militar, los hombres y las mujeres, el blanco, el negro y el mulato. Y, no hay dudas, que lo que vemos en las calles, es un indicador de lo que está pasando en nuestros hogares. Si a nuestras limitaciones como sociedad le sumamos la pesada carga del pesimismo y la intolerancia, perderemos de vista nuestros verdaderos objetivos, y este nuevo estilo de terrorismo autóctono, terminará por meternos en la peor de las pobrezas.

Debemos volver a nuestras raíces y valores. Debemos fomentar y fortalecer nuestra inteligencia emocional, porque puede ser una guía para reconocer nuestras fortalezas y debilidades, de tal manera, que podamos vivir una vida de calidad independientemente de nuestras estrecheces.

Voy a reproducir el cuento “EL Globo”, de autor desconocido, del que podemos aprender al meditarlo.

“El pueblo era pequeño y el vendedor, que había llegado pocos días atrás, ya tenía su lugar
Allí: se ubicaba en el parque, debajo de un gran árbol conocido como “palo borracho”, que daba una maravillosa sombra y anidaba hermosas aves. Debajo de ese gran árbol reunía con simpatía y ocurrencias a todos los que paseaban reconociendo la feria.
  En seguida demostró ser una muy linda persona; muchos coincidían en que su objetivo era sacar sonrisas y dar alegría al que se acercara a observarlo.
  En su mano cubierta por un guante sostenía muy fuertemente una gran variedad de globos de diferentes colores, formas y tamaños; realizaba juegos, contaba historias muy entretenidas, y así lograba captar la atención de pequeños y grandes.
En un momento donde mucha gente se había detenido a verlo, soltó un globo rojo. Toda la gente, especialmente los niños, miraron cómo el globo se elevaba hacia el cielo.
  Luego soltó un globo azul, uno naranja, después uno verde, uno amarillo, uno blanco… Todos
Subieron hacia el cielo, al igual que el globo rojo.
 Un niño negro, sin embargo, miraba fijamente sin desviar su atención, un globo negro que aún sostenía el vendedor y le expresó su gran inquietud:
 – Señor, si soltara usted el globo negro, ¿subiría tan alto como los demás?
    El vendedor le sonrió tiernamente al niño y en seguida soltó el hilo con que tenía sujeto el globo negro. Mientras éste se elevaba hacia lo alto, le dijo:

 – No es el color lo que le hace elevarse. Es lo que hay dentro”.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana

lunes, 16 de noviembre de 2015

Zika, Chikungunya y Dengue




El Zika es un virus hasta hace poco desconocido en América Latina. Sin embargo, en mayo 2015 el Ministerio de Salud de Brasil confirmó la circulación de éste virus en 16 muestras en los estados de Bahía y Rio Grande del Norte.

El  Zika se identificó por primera vez en 1947, específicamente en el bosque Zika (Uganda) de ahí su nombre. Se parece mucho a la fiebre amarilla, al virus del Nilo Occidental, a la encefalitis japonesa, y se transmite por la picadura del mosquito Aedes Aegypti, el mismo que transmite el dengue con el que se puede confundir en sus manifestaciones clínicas. Solo una de cada cuatro personas desarrolla los síntomas y hasta la fecha, no se han reportado muertes por esta enfermedad.

El virus Chikungunya se manifiesta muy parecido al dengue con fiebre alta, cefalea, mal estado general, rash y unos dolores articulares tan fuertes que la persona tiende a doblarse, de ahí el nombre Chikungunya que en el idioma maconde y lengua kunguniala significa “hombre retorcido”. Es transmitido también por el mosquito Aedes Aegypti.

Dengue, es uno de los virus más mórbidos del mundo con 100 millones de casos cada año en sus distintas manifestaciones. De este virus existen cuatro serotipos diseminados por Asia, África y las Américas, lo transmite el mosquito Aedes Aegypti endémico en  nuestro país, y el responsable de brotes epidémicos cada dos años.

Distinto a los dos virus ya mencionados, el dengue es mucho más letal. Sin embargo, su mortalidad en otros países muy parecidos al nuestro está por debajo del uno por ciento. ¿Por qué tantas muertes en nuestro país?, ¿Se ha vuelto el virus más letal? ¿Ha mutado? Es posible. Pero, haya mutado o no, la realidad es, que el paciente con dengue muere en shock por dengue. Es un paciente que una vez internado, no puede quedarse solo, tiene que haber un personal y una infraestructura de vigilancia permanentes para detectar a tiempo los signos y síntomas de alarma: deterioro del estado general, taquicardia, pulso débil, vómitos, dolor abdominal, hematocrito elevado, pinzamiento de la presión arterial etc. y actuar de inmediato, para prevenir el shock, pero para lograrlo, hay que estar ahí.

El virus del dengue como cualquier otro virus puede afectar el hígado. En estas circunstancias, el uso del acetaminofen de una manera alegre, puede ser un tóxico fatal que también esté contribuyendo a las muertes, pero insisto, adelantarse a la aparición del shock por dengue es la prioridad número uno.

Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana







martes, 10 de noviembre de 2015

Microbiota, parto, cesárea y alergias

Microbiota son los microorganismos que habitan en las distintas partes de nuestro cuerpo; desde la piel, boca, nariz y los intestinos. Solo el intestino humano alberga unos 100 trillones de microorganismos, entre estos, bacterias que pertenecen a más de mil especies distintas.

Existe una relación entre la forma de nacer y el desarrollo de alergias alimentarias. El niño que nace vía cesárea es más propenso a padecer alergias, asma, rinitis y sobre peso, si lo comparamos con el niño que nació por la vía natural del parto. Esta vía, estimula el sistema inmunológico del niño proporcionándole un efecto protector duradero.

El feto en el útero materno está en un ambiente estéril. Durante el trabajo de parto, a medida que el niño avanza para salir del canal, va tragando los microorganismos que componen la flora vaginal de su madre. Y, su piel al mismo tiempo, se va impregnando de esas bacterias cada vez que se producen las contracciones o “dolores del parto”. Esto no sucede con la cesárea.

Estos microorganismos, despiertan y estimulan el sistema inmunológico del recién nacido de tal manera, que cuando crece, y empieza a ponerse en contacto con una serie de alimentos potencialmente alérgicos, como la leche de vaca, pescado, frutas y frutos secos, su organismo estará entrenado y no reaccionará de una manera exagerada para protegerse de sustancias que en realidad no son perjudiciales; es decir, tendrá menos probabilidades de desarrollar una alergia alimentaria o anafilaxia que aveces pueden ser mortales.

La cesárea, es una operación salvadora solo cuando permitir el parto pone en riesgo la vida de la madre y/o el niño. Esta operación hecha sin una indicación precisa, añade una carga enorme de morbilidad y hasta de muerte, que es responsabilidad del médico evitar.

En otras latitudes y sociedades más avanzadas, donde estos conceptos están bien definidos, y los médicos reciben unos honorarios justos  por su trabajo, cuando se ven obligados a realizar la cesárea, colocan una compresa en el canal vaginal de la madre mientras realizan la operación, para que ésta se impregne de sus fluidos y con ella una vez nace el bebé, humedecen su piel para ayudarle de esta manera a iniciar un mejor desarrollo de su sistema inmune. También de inmediato, inician la lactancia materna, que es una manera natural de colonizar con bacterias beneficiosas el intestino del recién nacido. Además, prefieren no bañar en sus primeras horas al niño, cosa que acá hacemos casi siempre, para llevárselo “limpiecito y bonito” a sus padres.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana







lunes, 2 de noviembre de 2015

Lactancia, genética y autismo

El autismo es un trastorno del desarrollo en el que no se tiene muy claro una causa específica. Se piensa que en su aparición inciden múltiples factores siendo la genética quizás el factor preponderante. En ésta condición, existen grados de afectación en distintas áreas del desarrollo humano: en el lenguaje, la comunicación, la convivencia y la interacción social. Se diagnostica  en la infancia, y persiste toda la vida.

¿Puede la lactancia materna prevenir el autismo?, la leche materna podría reducir el riesgo de autismo en los niños que tienen una predisposición genética, según un estudio publicado en el mes de octubre/2015 en la revista científica “The Proceedings of the National Academy of Sciences “. El estudio que aborda la relación entre la lactancia, los genes y la capacidad para percibir las emociones fue dirigido por la científica Kathleen Krol del Instituto para las Ciencias Humanas Cognitivas y del cerebro de Leipzig, Alemania. Este estudio revela, que los niños que fueron amamantados por más tiempo, mostraban una mayor preferencia por mirar a los ojos alegres o felices y menor preferencia por mirar a los ojos de expresión triste.

Y es que reconocer las emociones en la otra persona, es una habilidad social clave para un buen desarrollo que nos capacita para una adecuada interrelación entre las personas.

Para el año 2013 ya se conocía de la importancia de una proteína denominada IGF, Insulin-like Grow Factor o Factor de Crecimiento Insulínico, en el desarrollo del cerebro humano, ( Rive Sarfstein and Haim Werner, University of Tel Aviv, Endocrinology 154: 1672-1679, 2013). La carencia de esta proteína, es un indicador de mayor riesgo de autismo. La lactancia materna, previene esta carencia si se hace por un tiempo más prolongado, estimulando las células del cerebro para la producción de mielina, que es como el caucho que cubre los cables en una red eléctrica para evitar cortocircuitos.

  Cada día hay más evidencias médicas que favorecen la lactancia materna. Sin embargo, en la última encuesta Endesa R.D. 2013, las madres que dan el seno exclusivamente en los primeros 6 meses son un 6.8%. ¿Por qué? Porque no hay un sistema de salud eficaz con un personal preparado y bien pagado que eduque permanentemente a las madres en nuestras maternidades. Porque nuestra sociedad está viviendo la cultura de la hipocresía en la que muchos profesionales dicen una cosa y practican la otra. Y, porque un alto porcentaje de casas comerciales de productos lácteos, se aprovechan de la ignorancia y precariedades que viven  muchos profesionales y enfermeras, para hacerles “propuestas o promocion poco éticas”, que en otros países no pueden realizar.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana