viernes, 23 de octubre de 2009

Asma Infantil

Un niño maltratado de buena fe, porque de buena fe se pueden hacer muchas cosas, es el niño asmático o como le dicen muchos en mi país, un niño que se “aprieta”.

El asma se caracteriza por un estrechamiento, inflamación o edema de los bronquios y por una mayor producción de moco. Es muy común observar que en una misma familia muchos de sus miembros sufren de asma, por lo que se cree que la genética y la herencia juegan un papel importante. Las crisis pueden producirse inmediatamente después de la exposición a algunos alérgenos por lo que se cree que las alergias juegan también su papel, otros niños se “aprietan” inmediatamente después de hacer algún ejercicio físico.

Los padres de estos niños se angustian sobre manera, comienzan a cambiar de médicos y se acercan a personas irresponsables que someten a estos niños a remedios y brebajes de todo tipo. Se gasta mucho dinero y se pierde tiempo en lo que debería ser un tratamiento médico eficaz, se maltrata al niño y se le expone a riesgos hasta de morir cuando al final es llevado a la emergencia en una fase muy avanzada de su crisis asmática.

Actualmente existen especialistas y se dispone de un arsenal farmacológico que no se tenía hace décadas, por lo que recomendamos llevar al niño al pediatra o al neumólogo infantil quienes lo tratarán adecuadamente e instruirán a los padres para que busquen la ayuda profesional cuando aparezcan los primeros síntomas y no después.

Es aconsejable que el niño asmático haga una vida lo más normal posible, igual que los otros niños de su edad, pues protegerlo demasiado, encerrarlo, impedirle el juego o hacerlo aparecer como enfermizo podría crearle serios problemas de personalidad que a la larga le harán más daño que la enfermedad misma.

Es más saludable que su niño asmático juegue y haga una vida normal, es preferible tratarle las crisis que esas actividades le pudieran producir, a traumatizarlo y convertirlo en un inválido, porque en definitiva el que se va a apretar lo hará, libre o encerrado, y, si lo va hacer es mejor que lo haga en libertad.

Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo


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