lunes, 27 de octubre de 2014

El Síndrome de Down y la Audición

Un estudio de publicación reciente indica, que la prevalencia de pérdida congénita de audición en recién nacidos con síndrome de Down es de un 15%. “Los niños con síndrome de Down  tienen una alta prevalencia de pérdida congénita de la audición comparados con la población neonatal total, 15% vs 0.25%”. Por lo tanto, el monitoreo de la audición en estos niños, debe hacerse desde muy temprano. (The Journal of Pediatrics online, octubre 20, 2014)

El síndrome de Down no discrimina, puede ocurrir en personas de todas las razas y todos los niveles socio económicos. Y, es la condición genética más común. 400 mil estadounidenses tienen este síndrome y más de 6, 000 bebés nacen cada año en ese país con esa condición.

En los inicios del siglo pasado la esperanza de vida de éste síndrome era muy baja. Sin embargo, con los avances de la medicina y las técnicas quirúrgicas, esto ha cambiado. Estos niños que frecuentemente nacen con malformaciones cardiacas, son operados y tratados por equipos multidisciplinarios, y en la actualidad, la sobrevivencia puede alcanzar sobre los 60 años de vida.

El niño con síndrome de Down es una persona especial, pero no es especial porque pretenda esconder una discapacidad. Es que realmente lo es, es una persona especial no importa la edad que tenga. Porque tiene y regala una alegría contagiosa, porque la mantiene en el tiempo sin ningún esfuerzo y sin poses. Por su ingenuidad y la dulzura que exhibe, cuando los otros hace tiempo que ya la perdieron.

A esa persona especial, háblele con naturalidad de su condición, hágale consciente de sus muchas capacidades y también de sus limitaciones, no le mienta e intégrelo a su vida cotidiana. Y, ahora que sabemos que es más propenso a perder su audición, preste atención a ese aspecto de su salud, que si pasa inadvertido o no es detectado a tiempo, puede ser un factor importante para no alcanzar la integración deseada.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana

lunes, 20 de octubre de 2014

Influenza AH1N1 y Embarazo

En abril 2009 un nuevo brote de influenza por el virus A conocido  como AH1N1 se identificó en dos niños en California, y poco tiempo después, se registró la segunda muerte asociada a éste virus en una mujer joven, embarazada y saludable. Este virus se propagó rapidamente por los EE.UU., y en junio 11, 2009, la Organización Mundial de la Salud elevó la alerta global nivel 6 para pandemia, que es su nivel más alto. Han pasado 5 años de dicha pandemia, y han sido muchas las enseñanzas respecto a los efectos del virus de la influenza AH1N1 en la mujer embarazada y su hijo, cómo prevenirla y tratarla en el futuro.

Muchas embarazadas en el año 2009 con influenza H1N1 se complicaron y tuvieron que ser hospitalizadas. Representaron el 5% de las muertes por éste virus según reporte de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de los EE.UU., a pesar de que la mujer embarazada es solo el 1% de la población general. También los bebés nacieron en mayor proporción con bajo peso al nacer y prematuros. Los CDC recomiendan que se vacune contra la influenza a las embarazadas y se trate con el anti viral Oseltamivir (Tamiflu) si presentan los síntomas de la enfermedad aunque hayan recibido la vacuna, ya que esta, tiene una cobertura de alrededor del 60%.


A pesar de conocerse la eficacia y seguridad de la vacuna. A pesar de que la evidencia médica demuestra que es beneficiosa para la madre y su hijo; a pesar de las recomendaciones del Comité Asesor para la Práctica de Inmunizaciones (ACIP) y del Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología, todavía es muy bajo el porcentaje de embarazadas que son vacunadas contra la influenza en Los EE.UU. Lo mismo ocurre en nuestro país. Cinco años después de la pandemia producida por el virus AH1N1, después de las lecciones aprendidas, y con la evidencia científica acumulada, debería ser suficiente para que el médico que atiende a las embarazadas se motive a vacunarlas entre otras enfermedades, contra la influenza. (Información tomada de New England Journal of Medicine, octubre 9, 2014,”2009 H1N1 Influenza and Pregnancy – 5 Years Later”).

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana


lunes, 13 de octubre de 2014

Embarazo en adolescentes: Un Proyecto Interesante

Entre los años 2008 y 2013 se llevó a cabo en St. Louis EE.UU. el proyecto CHOICE. Los embarazos y la tasa de nacimientos entre las jóvenes sexualmente activas que participaron en el proyecto, se redujeron a una quinta parte cuando se compararon con el resto del país.

El programa se basó en la utilización de dispositivos LARC (Long Acting Reversible Contraceptives, anticonceptivos reversibles de acción prolongada). Se seleccionaron 1, 404 teenagers sexualmente activas a las que se les brindó consejería sexual y asistencia médica, así como la aplicación de un DIU o Dispositivo Intrauterino, o un implante subcutáneo para la prevención del embarazo. El 72% de las jóvenes se decidieron por el DIU y por el implante subcutáneo, y el restante 28% optó por otro método. Todo sin costo alguno.

En el período 2008-2013 la tasa media anual de embarazos, nacimientos y abortos entre las adolescentes que participaron en el programa fue de 34, 19.4 y 9.7 por cada 1000  respectivamente. Sin embargo, la tasa anual de embarazos, nacimientos y abortos en las adolescentes del resto de la nación fue 158.5, 94 y 41.5 por cada 1000 teenagers. (Provision of no-cost, Long-acting Contraception and Teenage Pregnancy: New England Journal of Medicine, octubre 2, 2014).

Para hacernos una idea del alcance de ésta estrategia, los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de los EE.UU. tienen como objetivo reducir los nacimientos por embarazos en adolescentes a 30 por 1000 para el año 2015. Sin embargo, en el proyecto CHOICE, los resultados son de 19.4 embarazos por cada 1000 adolescentes.

El embarazo en las adolecentes es una epidemia mundial y una carga económica y social enorme para cualquier país. La adolescente embarazada recibe poca atención médica prenatal,  lo que hace que se complique con más frecuencia al momento del parto. En ellas, es alto el número de abortos espontáneos o provocados, el nacimiento de niños prematuros y bajo peso. Son niñas desertoras escolares, madres solteras, con tendencia a la prostitución, pariendo niños que luego son jóvenes con una alta tendencia a las drogas y a la delincuencia. Eso es lo que estamos viviendo, y es lo que hay que detener, si no queremos terminar en una nación fallida. Para ello, debemos implementar un plan nacional sostenido y a largo plazo, que abarque educación a todos los niveles y la consolidación de la escolaridad extendida. Salud para todos, haciendo énfasis en la atención primaria preventiva, y el acceso a la educación sexual, y a los métodos anticonceptivos. Deberá ser un plan nacional ambicioso, permanente y costoso, pero que siempre será menos caro y mucho menos doloroso, que permitir que la Sociedad Dominicana continúe por el camino que estamos transitando
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.



lunes, 6 de octubre de 2014

Convulsiones Causadas Por Las Vacunas

Las convulsiones en el niño, secundarias a las vacunas, son raras, y cuando se producen, casi siempre obedecen a otra causa. Entonces, que no se culpe a las vacunas. Décadas atrás se relacionó casos de convulsiones febriles y ciertos efectos neurológicos con la vacuna de la tosferina. Sin embargo, estudios más recientes que compararon a niños vacunados que sufrieron convulsiones, con otros niños que también tuvieron convulsiones febriles sin haber recibido ninguna vacuna, no encontraron diferencias entre unos y otros.

El miedo a complicaciones neurológicas secundarias a las vacunas ha influido en la no aceptación  de algunos grupos de padres para vacunar a sus hijos, y los resultados han sido malos. Si bien es cierto que los riesgos de sufrir convulsiones febriles después de una vacunación pueden incrementarse, dichas convulsiones, pueden ser la primera manifestación de una condición neurológica hasta entonces desconocida.

Recientemente, científicos de los Países Bajos han investigado la etiología de las convulsiones ocurridas en 990 niños menores de dos años en las primeras 24 horas después de haber sido vacunados con vacunas de virus inactivados, y 7 a 12 días después de haber recibido vacunas de virus vivos atenuados. Todos los niños, formaban parte de un estudio de prevalencia del Síndrome de Dravet (epilepsia mioclónica grave de la infancia descrita por Charlotte Dravet en 1978).

De 45 niños con epilepsia que fueron identificados en el estudio inicial, 19 habían sufrido convulsiones antes de que se le administrara vacunas, 23 de 26 niños con convulsiones relacionadas a vacunas en 3 se identificó encefalopatía preexistente, epilepsia controlada en 8 y, desarrollo de encefalopatía epiléptica en 12. El síndrome de Dravet se diagnosticó en 8 de 12 los que desarrollaron encefalopatía epiléptica. En conclusión, en el 65% de los niños en los que se asociaba la convulsión a las vacunas, se encontró, que tenían una enfermedad genética,  estructural de fondo. (Deborah Lehman MD, “Sizures after vaccination: Don´t blame de vaccines”, reviewing Verbeek NE et al. Pediatrics, septiembre 15/2014).

Creo entonces, que podemos afirmar, que la vacuna podría no ser la responsable de que un niño convulsione, más bien puede ser una pista para seguir investigando. Si un niño convulsiona después de haber recibido una vacuna, es deber de los padres y su médico seguir estudiando a ese niño, porque esa convulsión pudiera ser la primera manifestación de una enfermedad latente y la vacuna el elemento precipitante.

 Sin ninguna evidencia científica que los avale, algunas personas o grupos le han atribuido a las vacunas ser las responsables del aumento del autismo en los niños y muchas otras enfermedades más. Las vacunas como cualquier fármaco o biológico, pueden producir efectos secundarios, pero de lo que no hay duda es, que son las responsables de una mejor salud en la población mundial. Tampoco hay dudas, que los países que han dejado de usarlas haciendo caso a recomendaciones infundadas, han tenido que volver a aplicarlas. Lo cierto es, que para que una vacuna sea aprobada para su aplicación en humanos, tiene antes que pasar por un estricto escrutinio científico y demostrar su eficacia e inocuidad. Por último, soy de los que cree, que toda enfermedad que pueda ser prevenible por una vacuna, es un deber del médico recomendar su aplicación.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana