domingo, 8 de diciembre de 2019

Sobre peso y obesidad infantil



El sobre peso y la obesidad infantil es un problema de salud pública que afecta no solo a los países ricos. Cada día en la R.D. hay más adultos obesos, porque hay más niños obesos. Condición que tiene implicaciones genéticas agravadas por factores sociales y culturales como la mala alimentación y la baja proporción de madres que amamantan a sus hijos.

En el mundo, el número de lactantes y niños de 0 a 5 años que padecen sobre peso y obesidad aumentó de 32 millones en 1990 a 41 millones en el 2016. Solo en África el número de niños obesos aumentó de 4 a 9 millones en ese mismo período (OMS). Si las tendencias continúan como van, el número de lactantes y niños pequeños con sobre peso llegará a los 70 millones para el año 2025. Sin una intervención ahora, el resultado será, un mayor número de personas adultas predispuestos a sufrir síndrome metabólico: diabetes, hipertensión arterial, eventos vasculares cerebrales e infartos cardiacos, es decir, una sociedad mundial con menos expectativas de vida.

“La R.D. con una población aproximada de 10 millones de habitantes registra un 60% de personas obesas o con sobre peso, por lo que la Asociación Dominicana de Cardiología y otras organizaciones médicas, han llamado la atención sobre las perjudiciales consecuencias cardio metabólicas del sobre peso y la obesidad” (El 60% de la población dominicana se encuentra en sobre peso, El Caribe, noviembre 12/2018). “Es costumbre popular asumir que un niño gordito disfruta de salud plena. Pero, ¿qué tan cierto es esto? ¿es la obesidad infantil sinónimo de salud? La respuesta es un tajante ¡NO! La obesidad y el sobre peso es la evidencia de un desequilibrio en la calidad de la alimentación de un individuo, combinada con una rutina sedentaria que pone en riesgo la salud de niños y adultos. En la R.D. por lo menos el 7.6% de la población infantil es obesa y la población adulta supera el 61%” (Diario Digital, Obesidad infantil: el límite entre el sobre peso y la salud, julio/2019).

Hay que educar a nuestros niños con el ejemplo de lo que comemos en nuestros hogares, hay que elevar la lactancia materna con políticas oficiales y privadas permanentes, hay que caminar y hacer deporte. Hay que recordar, que la alimentación de nuestros niños con altos contenido de grasa, azúcar y sal, junto a una vida sedentaria, son factores que favorecen el sobre peso y la obesidad del niño y por consecuencia, del adulto.

Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.


martes, 3 de diciembre de 2019

Vacunas: solución a la resistencia bacteriana


Vacunas: solución a la resistencia bacteriana.
La introducción de la penicilina en la década de 1940 permitió el tratamiento exitoso de enfermedades hasta ese entonces mortales. Sin embargo, la resistencia a la penicilina se comenzó a observar en Sudáfrica a partir de 1977 la que se diseminó a nivel mundial obligando a la industria farmacéutica a buscar nuevas alternativas terapéuticas a las que las bacterias ya son resistentes.

El desarrollo de los antibióticos, los antivirales y los medicamentos contra la malaria y la tuberculosis, son algunos de los grandes éxitos de la medicina que están llegando a su fin. Porque la resistencia bacteriana es cada día mayor y que nos amenaza con devolvernos a los tiempos en que no podíamos tratar las enfermedades más comunes.

Las vacunas, salvan 5 vidas cada día y evitan entre 2 y 3 millones de muertes cada año. Debido a la propaganda antivacunas y a otras inconsecuencias humanas, este año se han reportado 2, 927 casos de sarampión en distintos países. Hemos olvidado que por la vacuna se erradicó la viruela, y que este año solo se han reportado 88 casos de poliomielitis en el mundo, enfermedad que mató o dejó en discapacidad a cientos de miles de niños antes que aparecieran las vacunas antipolio. Se espera que para el año 2035 Australia sea declarado el primer país sin cáncer del cuello uterino, porque desde que se comercializó la vacuna contra el virus del papiloma humano, ese país está vacunando a todos sus niños y niñas antes que inicien relaciones sexuales.

A todo lo dicho hay que agregar, que las vacunas se vislumbran como la solución a la resistencia de las bacterias a los antibióticos. En los países que su población infantil y adulta no está vacunada o lo está parcialmente, la mayoría de sus individuos son susceptibles de infectarse obligando al uso muchas veces indiscriminado de los antibióticos, lo que favorece la resistencia de las bacterias a esos medicamentos. Desde que se amplió el programa de inmunizaciones y se introdujo en el mundo las vacunas contra el neumococo y el Hemophilus Influenzae tipo B, hemos dejado de ver la gran cantidad de niños con neumonías, meningitis y otitis media que asistían a nuestras emergencias. Se han prevenido muchas enfermedades y, se ha reducido el uso de antibióticos. Una contribución más de las vacunas, esta vez como factor de reducción de la resistencia bacteriana.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.