miércoles, 29 de enero de 2020

Coronavirus: SARS, MERS y Wuhan


SARS (Severe Acute Respiratory Syndrome) Síndrome Severo Respiratorio Agudo. Tiene su origen en un coronavirus que produjo en China entre noviembre 2002 y febrero 2003 una epidemia con más de 8,000 casos y 774 muertes, que se difundió a Europa, Asia y los EE.UU.  y que obligó a la OMS y a los CDC a lanzar en ese entonces, una alerta mundial.

MERS (Middle East Respiratoy Syndrome) Síndrome Respiratorio del Medio Este. Es una enfermedad respiratoria aguda y severa, nueva para los humanos, reportada por primera vez en Arabia Saudita en el año 2012 y que se diseminó por muchos otros países incluyendo a los EE.UU. Las personas que se contagiaron desarrollaron una enfermedad pulmonar que incluía fiebre, tos, y dificultad respiratoria y, que también la produjo un coronavirus (MERS-CoV). Se transmite rapidamente de persona a persona a través de secreciones, saliva, al toser, estornudar, cuando nos damos la mano, en aglomeraciones y en relaciones muy cercanas. Un viajero infectado en la península arábiga, podía transmitir el virus en el avión en el que viajaba y propagar la enfermedad a otros países y continentes.

Wuhan (2019-nCoV) es el mismo coronavirus, un subgrupo nuevo, desconocido, cuya mutación, si la hay, no se ha identificado. Como los anteriores, se propaga rapidamente desconociéndose si será menos o más agresivo. Es en la actualidad el origen de mucha preocupación y, motivo justificado para una nueva alerta mundial hecha por los expertos en salud pública.

Para este virus y otros que no tienen vacuna, su prevención consiste en lavado de las manos con agua y jabón y, el uso de desinfectantes a base de alcohol, cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar, evitar llevarse las manos a la boca, ojos y nariz, evitar contacto con personas enfermas y mantener limpios objetos y utensilios. Practicar estos hábitos en la casa, colegios y escuelas enseñando a los niños, es nuestro deber.

No debe producir pánico el brote epidémico por coronavirus detectado recientemente en Wuhan, China, sí tomar las medidas que están a nuestro alcance para prevenir su propagación; medidas válidas también, para muchos otros virus y bacterias. Y, recordar a los grupos antivacunas, que ojalá la comunidad científica y la industria puedan en poco tiempo descubrir la vacuna contra el coronavirus y muchas otras enfermedades que amenazan la salud de las personas en el mundo.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.







martes, 28 de enero de 2020

Justin Bieber y la enfermedad de Lyme



El año pasado en los medios más conocidos se preguntaban ¿qué pasaba con este artista canadiense que llevaba meses luchando contra una gran depresión? Padecía la enfermedad de Lyme. Que afecta al corazón, la piel, las articulaciones, al cerebro y otros órganos. Una enfermedad que aún en los países más desarrollados no es fácil diagnosticarla y, que, si no se trata a tiempo, puede dejar serias secuelas que van durar por meses y años.
 Se diagnosticó por primera vez en 1977 en un pueblo de Connecticut, EE.UU. llamado Old Lyme. También existe en Canadá, Europa y Asia. La transmite un vector, la garrapata pata negra si ésta pica a un roedor o algún otro animal infectado por la bacteria Borrelia Burgdorferi para luego pasarla al ser humano. Que sepamos, el vector no es endémico en R.D., sin embargo, la enfermedad, se ha reportado en nuestro país. Recuerdo el caso de una niña que sus padres la llevaron a la consulta del distinguido pediatra Rafael Acra (Fellé) con una roncha en su piel y mal estado general. Descartando otras enfermedades con signos y síntomas similares, solo una pregunta le fue necesaria al pediatra para inducirlo al diagnóstico. ¿Ha viajado la niña a algún campamento o a las montañas de algún otro país? La enfermedad fue identificada y la niña fue tratada exitosamente. Hoy, es una destacada profesional que ejerce en los EE.UU. La moraleja para nosotros los médicos en ejercicio es, que cualquier enfermedad por rara que nos parezca y, aunque solo se conozca en países lejanos al nuestro, debe ser investigada o al menos pensar en ella como la única manera de poderla diagnosticar y tratar, hoy, que podemos desplazarnos con tanta facilidad de un continente a otro. Recordar, que una buena historia clínica es fundamental y, que dedicar tiempo al paciente es esencial para un correcto ejercicio de nuestra profesión, que este ejercicio, nunca podrá ser reemplazado por ninguna tecnología (sin menosprecio de la misma) por muy avanzada que esta sea.

La enfermedad de Lyme se confunde con muchas otras enfermedades y diagnosticarla puede ser más difícil si no existe un interrogatorio correcto.  Se presenta con una característica erupción cutánea en el 70% - 80% de los casos, fatiga, escalofríos, fiebre, cefalea, dolores musculares e inflamación de los ganglios. Se trata con antibióticos y, si no se hace a tiempo, puede dejar serias lesiones entre estas, las neurológicas y mentales.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.


lunes, 20 de enero de 2020

Regale experiencias y menos juguetes


Regale experiencias y menos juguetes
Claire Lernner sugiere que cuando los niños reciben una gran cantidad de juguetes, juegan menos. Los descubrimientos de esta investigadora fueron registrados por Michael Malone, profesor de educación en la primera infancia de la universidad de Cincinnati. “Un menor número de juguetes, lleva a un mayor intercambio y cooperación y, ambos son preciosas capacidades de vida para la infancia”. Según Malone, demasiados juguetes, fomentan un juego más solitario y causan un sentido de carga improductiva.

Una gran cantidad de padres, muchísimos en nuestro país, con ingresos muy limitados, hacen grandes sacrificios para comprar juguetes a sus niños en fin de año y año nuevo. Se angustian si no lo pueden conseguir o se limitan a decir,” yo no tengo nada, por lo tanto, no voy a regalar”, produciendo en el niño frustraciones y la percepción de que los padres que regalan, son los que más quieren a sus hijos.

Las vivencias y la realidad indican que, frente a muchos juguetes, el niño termina jugando solo en algún rincón de la casa con el objeto más insignificante. Y, un estudio realizado en 3, 000 niños entre los 3 y 5 años de edad en la universidad de Oxford descubrieron, que el desenvolvimiento escolar de los niños dependía de su ambiente familiar y compromiso de los padres, más que de las cosas o los dispositivos de que disponían.

Regalemos a nuestros niños conscientes de que, si se quiere, siempre se puede regalar. Sin sobredimensionar el valor de las cosas y reconociendo la importancia de las relaciones interpersonales y lo que estas significan en la formación de un individuo optimista y feliz. Si lo que tenemos solo nos da para comprar una chichigua (papalote), nuestro hijo(a) disfrutará de todos los momentos que como padres le estaremos regalando, cada vez que lo llevemos al parque a vivir juntos esas experiencias y, a disfrutar un helado al aire libre al terminar cada faena. Porque el valor y la contribución a la felicidad del niño que estas acciones le producen es tal, que simplemente, no lo podemos cuantificar. No regalemos tantas COSAS, regalemos EXPERIENCIAS.

FUENTES: 1- Dar a tus niños experiencias en vez de juguetes, aumenta su inteligencia. Génesis Ramírez, 3 de enero, 2020. Redacción, enero 6, 2020. Estilo. 2- Claire Lernner, investigadora del desarrollo infantil.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.


domingo, 12 de enero de 2020

Eventos adversos que afectan al niño


Las vivencias, privaciones y eventos negativos que sufre el ser humano en su niñez, le afectan de igual manera en su vida adulta. Los eventos adversos sufridos en la niñez tales como abuso emocional y violencia doméstica, han sido reportados en los EE.UU. y, se han asociado a causas de enfermedad y muerte según datos aportados por una encuesta realizada por los CDC en ese país.

De 144, 017 individuos que respondieron a dicha encuesta, que informaron haber sufrido al menos cuatro o más eventos adversos durante su niñez, tuvieron riesgos mucho más altos de sufrir enfermedad cardiaca coronaria, obesidad y enfermedad obstructiva pulmonar crónica informaron James Mercy, PhD de los CDC en Atlanta y sus colegas.

 Los adultos que en su niñez padecieron eventos adversos fueron más propensos a sufrir depresión, privación socioeconómica y desempleo, comparados con los individuos que reportaron no haberlos padecido. Prevenir los eventos adversos en los niños, puede evitar 21 millones de casos de depresión que afectan negativamente la vida de los jóvenes como para no poder completar su escolaridad secundaria o no conseguir empleo informó Anne Schuchat, MD, CDC.

Dicha encuesta realizada entre 2015 y 2017 que incluyó preguntas sobre abuso físico, emocional, sexual, de sustancias, encarcelamientos, divorcios y violencia doméstica, todos habían sufrido algún tipo de evento adverso en su infancia. Sin estas experiencias negativas previas, los investigadores estiman, que los adultos con enfermedad cardiaca se reducirían en un 12%, los casos de depresión en un 44%, el número de desempleados se reduciría en un 15% y los fumadores y bebedores en un 33% y 24% respectivamente.

No hay dudas, que los efectos adversos que ha sufrido y sufre el niño en todo el mundo, son causas importantes de la violencia que hoy vivimos: ataques masivos, abuso psicológico, físico, promiscuidad sexual, feminicidios e infanticidios. Drogadicción, vagancia, aburrimiento y una vida sin sentido. Tenemos que cuidar al niño, protegerlo y educarlo si queremos una sociedad más evolucionada y justa. Hace falta, una mayor, mejor y sostenida inversión en la salud y educación de la familia, en los niños y jóvenes del mundo. Un cambio radical, una verdadera voluntad política. De lo contrario, el futuro de la sociedad global será cada día más incierto.

REFERENCIA: Elizabeth Hlavinka, staff writer, Medpage Today. Adverse Childhood Events. November 05, 2019. Socioeconomic Hardship.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.



domingo, 5 de enero de 2020

El ojo del niño en los tiempos de la modernidad

 El niño al nacer tiene una visión borrosa. Alrededor de los 2 a 3 meses puede fijar su vista, seguir algún objeto y reconoce el rostro de sus padres. Entre los 3 y 4 meses aparece la visión binocular, es decir, que puede usar ambos ojos de manera coordinada, aunque bizquee o desvíe los ojos por momentos. Entre los 4 y 6 meses puede ver los colores y alrededor de los 5 comienza a desarrollar su visión tridimensional, a reconocer las distancias y la profundidad de las cosas hacia los 6 meses de edad. A los 8 meses el color de sus ojos es el definitivo, y entre los 18 meses y los dos años es capaz de reconocerse a sí mismo ante un espejo. Es al cumplir los 8 años que ya ha alcanzado su madurez visual, edad en la que cualquier daño o defecto, si no se ha detectado, es muy difícil que se pueda corregir. 

El estrabismo, no es solo un problema de estética, es algo que, si no se corrige a tiempo, puede producir problemas del aprendizaje y del rendimiento escolar. Un ojo vago, no lo puede detectar el pediatra y mucho menos los padres y, en la adultez, es un problema sin solución, a pesar de la gran plasticidad del cerebro humano y los últimos intentos por corregirlo.

El uso excesivo de las pantallas, le quita al niño el tiempo que pudiera utilizar jugando con otros niños, para hacer algún deporte y, favorece su sobre peso y obesidad. El uso excesivo de la visión cercana (iPad, celulares) es causa importante de cefalea y miopía, la nueva epidemia infantil mundial. Cerca del 33% de los niños y adolescentes que usan de manera permanente estos dispositivos sufren del síndrome de fatiga visual, porque ver de cerca por mucho tiempo, produce en el ojo unos cambios en la longitud visual que inducen a la miopía.

La moderación y el sentido común es fundamental en todo lo que hacemos. Porque tampoco es un pecado y, es muy válido, permitir el iPad al niño que va molestando a los demás cuando hacemos un viaje. Y, reconocer, que la modernidad y la tecnología tienen cosas muy buenas:  los recursos que ponen a nuestro alcance, para que podamos referir al recién nacido prematuro en sus primeros días y al niño a término en sus primeros meses a su primera evaluación con el oftalmólogo pediátrico.