jueves, 14 de diciembre de 2017

Trastornos de la alimentación y enfermedad autoinmune

Nuestro sistema inmunológico nos protege de muchas enfermedades, pero a veces, este sistema se disloca y se convierte en un atacante de nuestras propias células y tejidos, para dar paso a la aparición de lo que conocemos como enfermedades autoinmunes.

La mayoría de las enfermedades que padecemos por no decir todas, se piensa que están predestinadas por la carga genética que heredamos. Sin embargo, nuestros genes pueden ser alterados, activados o inactivados por nuestro estilo de vida y por los estímulos a que esos genes son sometidos por el medio ambiente; y, un estímulo puede ser la alimentación. Nuestro intestino es parte importante de un sistema digestivo que comienza en la boca y que termina en el ano, una larga estructura anatómica que pone en contacto el medio ambiente con nuestra biología y fisiología a través de los alimentos que ingerimos.

El intestino humano puede ser en ocasiones el lugar donde se desencadenan una serie de enfermedades conocidas como autoinmunes: esclerosis múltiple, diabetes mellitus tipo 1, lupus, artritis reumatoidea,   enfermedades de la tiroides, enfermedad de Crohn y muchas otras.

En una extensa investigación a través de todo el país entre1989 y 2006 y analizada hasta el año 2012 en todos los niños y adolescentes nacidos en Dinamarca, investigadores de esa nación estudiaron 930, 977 individuos donde el 48.7% fueron del sexo femenino. El registro médico danés captó a todos los pacientes internados y ambulatorios diagnosticados con desordenes de la alimentación asociados a enfermedad autoinflamatoria y a la enfermedad autoinmune. Encontraron una alta relación entre desordenes de la alimentación y la enfermedad autoinmune. Un 36% se relacionó a la anorexia nervosa, 73% a bulimia nervosa, y otro 72% relacionada a trastornos de la alimentación no específicos. Concluyendo que: “las enfermedades autoinflamatorias y autoinmunes, están asociadas a trastornos o desordenes de la alimentación. Y, que entender los desordenes de nuestro sistema inmunológico en la etiología y patogénesis de los trastornos de la alimentación, podrían apuntar a nuevos objetivos en el tratamiento de estas enfermedades en el futuro”.

Somos lo que comemos. Y esto plantea un nuevo reto diagnóstico y de tratamiento médico en muchas de las dolencias que padece el ser humano. ¿Nacemos con una predisposición genética para que tengamos que padecer y morir de una determinada enfermedad irremediablemente? Mucha gente piensa que no, porque existen sobradas evidencias científicas para pensar que una alimentación racional, natural y saludable, puede cambiar la vida de las personas para vivir más y mejor.

REFERENCIA: Stephanie Zerwas and Cols. “Eating Disorders, Autoimmune, and Autoinflammatory Disease”.  Pediatrics, december/2017, Volume 140/ ISSUE 6. Accepted, august 16/2017.

Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Anticonceptivos hormonales y riesgos de suicidios

En el mundo se producen unos 800, 000 suicidios al año, aunque realmente son más, ya que por distintas razones muchos no son declarados como tales  o simplemente son registrados como accidentes. El suicidio, es la segunda causa importante de defunción en el grupo de individuos entre los 15 y 29 años de edad.

En el recién pasado mes de noviembre/2017 se publicó en la revista American Journal of Psychiatry un extenso e interesante estudio que confirma los efectos indeseables de los anticonceptivos hormonales, y un aspecto hasta ahora desconocido como es que su uso puede incrementar el riesgo de suicidios principalmente en las mujeres jóvenes que los usan. Este estudio, fue realizado por investigadores daneses para la “Association of Hormonal Contraception With Suicide Attempts and Suicides “.

Los responsables del estudio afirman que el conocido parche hormonal, es el método anticonceptivo que más se ha vinculado al suicidio, y después del parche, aparecen el DIU, el anillo vaginal y la píldora como los otros métodos que también tienen incidencia en los suicidios o sus intentos. Y, un dato revelador es, que las adolescentes son más sensibles que las mujeres adultas a la influencia de estos  contraceptivos hormonales con relación al primer intento de suicidio.

 Deberíamos estar ante una personalidad particular de la mujer joven para  que los anticonceptivos la predisponga al suicidio. Y también es cierto,  que estos productos hormonales, “pueden aumentar la influencia de cualquier factor adicional que pueda causar trastornos del estado anímico”. La anticoncepción hormonal “puede tener una influencia directa en los neurotransmisores y en el sistema hipotálamo-pituitario-adrenal que participan en la regulación del estrés y el comportamiento suicida”.

Esta investigación es una señal de alerta a ser tomada en cuenta por el médico que ha decidido usar los anticonceptivos hormonales valorando muy bien sus riesgos-beneficios. Porque además de tener los efectos indeseados ya conocidos como: aumento del peso corporal, hipertensión arterial, migraña, sangrados anormales y problemas de coágulos y embolismo, ahora se le agrega el hecho de poder hasta triplicar la tendencia al suicidio en la mujer joven que los usa.


REFERENCIA: “Contraceptive Hormones and Risk for Suicide” Joel Yager, MD et al. American Journal of Psychiatry, Nov. 17/2017.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo,
Santo Domingo
República Dominicana