jueves, 30 de julio de 2020

En el día del padre dominicano

“Padre, decidme qué le han hecho al río que ya no canta.
Resbala como esos peces muertos bajo un palmo de espuma blanca.
Padre, que el río ya no es el río.
Padre, antes de que llegue el verano, esconda usted todo lo que esté vivo.
Padre, decidme qué le han hecho al bosque que ya no hay árboles.
En invierno no tendremos fuego ni en verano sitio donde resguardarnos.
Padre, que el bosque ya no es el bosque.
Padre, antes de que oscurezca llenad de vida la despensa.
Sin leña y sin peces, padre, tendremos que quemar la barca, labrar el trigo entre las ruinas, padre, y cerrar con cerrojos la casa.   
Y decía usted… padre.
Si no hay pinos no habrá piñones, ni gusanos, ni pájaros.
Padre, usted nos dice que donde no hay flores no hay abejas, ni cera, ni miel.
Padre, que el campo ya no es el campo.
Padre, alguien anda por ahí pintando el cielo de rojo y anunciando lluvia de sangre.
Padre, los que rondan por ahí son monstruos de carne con gusanos de hierro.
Padre, no tengas miedo, y decidle que no, que sus hijos los esperamos.
Padre, que están matando la tierra.
Padre, deje usted de llorar… que nos han declarado la guerra”.

 Estas, son las letras de la canción PARE de Joan Manuel Serrat en idioma catalán, dada a conocer en los años 70 del siglo pasado. El cantautor, compositor, actor, escritor, poeta y músico fue tildado entonces de fatalista por esta canción. Pero solo se estaba adelantando por más de cuatro décadas a lo que se veía venir. La destrucción de nuestro hábitat, los ríos, la fauna y la flora por las corporaciones transnacionales que destrozan las selvas del África, de la Amazonía y en otras partes del mundo. 

En el día del padre, el último domingo del mes de julio en nuestro país, yo invito oír esta canción, que más que una canción es una profecía. Es la crónica de una catástrofe anunciada. Porque el planeta tierra, sus animales, sus bosques y las personas que lo habitamos, no sobreviviremos mucho tiempo si nuestros gobernantes y líderes insisten en mantener su maridaje con esos monstruos de carne con gusanos de hierro que nos han declarado la guerra.   

Feliz día padre - te deseamos los hijos que aspiramos a un mejor país y un mejor planeta para tus nietos.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana. 

domingo, 19 de julio de 2020

Covid-19: es el niño su transmisor silencioso?


Conforme las evidencias que disponemos, los niños, parecen correr menos riesgos de contraer Covid-19 que los adultos, y los que se infectan, en su mayoría, pasan la enfermedad sin complicaciones graves, aunque algunos han desarrollado el síndrome multisistémico inflamatorio que es una complicación grave.

En más del 85% de las personas con Covid-19, la enfermedad puede simular una gripe, otras presentarán fiebre y tos, y un grupo se complicará. Y ¿cómo adquirieron la enfermedad?, la mayoría no lo sabe o pueden informar que no se habían relacionado con nadie.

La propagación asintomática de Covid-19 ha sido una de las mayores incógnitas de esta pandemia y, cuando la OMS afirmó que las personas asintomáticas “rara vez transmitían el virus “, días después tuvieron que retractarse. “¿Con qué frecuencia las personas sin síntomas transmiten el virus? ¿Cuántos de nosotros podemos estar caminando con el virus sin saberlo? ¿Cómo encajan los niños en todo esto? Es lo que los científicos saben y que a la vez no saben sobre los niños y la propagación asintomática de Covid-19.

“Respecto al número de portadores sanos no hay certeza. Los CDC estimaron recientemente que rondaban el 35%, pero existe un estudio ampliamente divulgado que encontró que más del 80% de las personas infectadas con Covid-19 en un crucero no mostraban síntomas”.

Todavía no hay suficientes datos para afirmar que los niños tienen más probabilidades de ser portadores asintomáticos o si pueden infectar a otros, y cómo esto es comparable con lo que sucede en los adultos. El Children´s Hospital of Philadelphia (CHOP) a todo niño que se va a someter a una cirugía programada le realiza una prueba para detectar Covid-19. Y, han determinado, que el 1% al 2% de los niños tienen infección asintómatica por coronavirus. Que el 10% de las mujeres que dan a luz en la ciudad de Philadelphia, tiene coronavirus asintomático, sin una explicación para entender por qué en las madres los números son más altos que en los niños.

 El SARS-Cov-2 permanecerá por mucho tiempo. Otros virus y epidemias aparecerán en el futuro. Porque el hombre insiste en irrespetar al planeta, en talar el bosque, y en dañar el hábitat reservado a otras especies. Condiciones necesarias para que virus y bacterias nos invadan.

REFERENCIA: ¿Qué tan común es la propagación asintomática del coronavirus entre los niños? Por Catherine Pearson. CHOP NEWS. Actualizado el 13 de junio, 2020.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.







miércoles, 8 de julio de 2020

Neurotropismo del SARS-Cov-2

Neurotropismo, es la afinidad de un virus, bacteria o cualquier otro agente para alojarse o afectar al sistema nervioso. El SARS-Cov-2 causante de la enfermedad bautizada como Covid-19 ha demostrado cierta afinidad por las células nerviosas o neuronas, así como por las células gliales, que son las que permiten la comunicación de las neuronas entre sí y la integración de las redes neuronales.

 La anosmia o pérdida del olfato, la hipogeusia o dificultad para reconocer el sabor de algunos alimentos, así como los mareos, dolores musculares, encefalitis, episodios epilépticos y síndrome de Guillain – Barré que se han asociado al SARS-Cov-2, son evidencias de la afinidad de este virus por el sistema nervioso humano. También hay evidencias de afectación neurológica en otras especies del reino animal por distintos tipos de coronavirus.

Por tanto, el SARS-Cov-2 deberá incluirse en el diagnóstico diferencial de meningitis y encefalitis junto a otros virus con afinidad por el sistema nervioso como es el herpes simple, varicela zoster o el virus del Nilo Occidental donde un diagnóstico y tratamiento precoz son determinantes para asegurar la supervivencia.

“Los niños con síndrome multisistémico inflamatorio secundario a Covid-19, pueden experimentar síntomas neurológicos que incluyen al sistema nervioso central y periférico, según un estudio realizado en Reino Unido. El grupo en estudio lo componían 27 niños que presentaron: dolor de cabeza, signos patológicos del tallo cerebral y del cerebelo, encefalopatía, debilidad muscular y disminución de los reflejos. También, lesiones en el cuerpo calloso y lesiones cerebrales aisladas y más extensas que también pueden verse en la enfermedad de Kawasaki”.

Se necesitan más estudios para poder asociar los signos y síntomas neurológicos con los cambios inmunológicos en los niños que sufren la enfermedad producida por el coronavirus, explicaron los investigadores del Dpto. de neurología del hospital infantil de Great Ormond Street de Londres. Pero, lo cierto es, que el SARS-Cov-2 tiene afinidad por el cerebro del niño. Que hay que seguir estudiando este virus y aprender más de él y así, poder conocer cuál es su alcance real. Y, que el pediatra entienda que, un niño agudamente enfermo con síntomas y signos neurológicos, en estos tiempos, debemos pensar en Covid-19.

REFERENCIA: 1) “Un estudio detecta daños cerebrales en niños con síndrome inflamatorio multisistémico por Covid-19”. Europa Press, Madrid, 3 de julio, 2020. 2) “Complicaciones neurológicas por coronavirus y Covid-19”. F. J. Carod – Artal. Rev. Neurol. 2020, 70: 311-322. DOI

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.

domingo, 5 de julio de 2020

Puericultura en tiempo de pandemia


La puericultura se ocupa del desarrollo saludable y la crianza del niño. Y, asesora y aconseja a los padres para garantizar el bienestar de sus hijos. En nuestro país, el mejor puericultor es el pediatra, que además de aconsejar, previene, diagnostica y hace el tratamiento adecuado garantizando la salud de la población infantil.

A cuatro meses de la pandemia producida por el SARS-CoV-2 se ha descuidado el seguimiento regular del niño en su primer año de vida. Tiempo que hay que recuperar, porque la situación pudiera prolongarse, y porque deben estar sucediendo cosas con la salud del “niño sano” que los padres no ven y que el pediatra va a descubrir.

Con toda la rigurosidad que estos tiempos demandan, nuestros niños deben volver a la consulta pública y privada. A ver al especialista que va a medir el crecimiento de su cabeza, su talla y su peso. Que va a descubrir la talla baja, la microcefalia, macrocefalia o hidrocefalia, el cierre prematuro de las suturas craneales, la tendencia al sobre peso o al bajo peso. Que un testículo no ha descendido, la depresión posparto de la madre, la aparición de ictericia, y fomentará la lactancia materna. Indicará y orientará sobre las vacunas, explicará la importancia y los cambios en la alimentación del niño según su edad y, descubrirá otras condiciones que, de no tratarse en su momento, podrían repercutir negativamente por el resto de su vida.

En la consulta del niño sano el pediatra solicita el estudio de las emisiones otoacústicas, un examen sencillo que nos orientará muy temprano para saber si el niño oye o no. Lo refiere en sus primeros meses al oftalmólogo infantil para una evaluación ocular sin tener que esperar años para saber si sus ojos y su visión son normales. Antes de cumplir su primer año, le pedirá una evaluación cardiovascular que incluya electocardiograma y eco cardiograma adelantándose al descubrimiento de algunas anomalías estructurales del corazón del niño que en principio podrían no presentar síntomas y así, prevenir un episodio futuro de una muerte súbita y otras eventualidades.

 Dejamos sobre la mesa esta reflexión que podría ser una discusión sobre nuestra realidad, porque la pandemia, no puede hacernos descuidar aspectos muy importantes en la prevención de enfermedades y la salud del niño en ese importante primer año de vida y años sucesivos.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.





jueves, 2 de julio de 2020

Confinamiento y comportamiento infantil


Desde que el nuevo coronavirus nos obligó a aislarnos, se han venido reportando muchos casos de miedos, ansiedad y depresión en todo el mundo. Han aparecido cambios en los patrones normales de alimentación y del sueño y, las enfermedades mentales se han agravado y multiplicado. También, se aprecia un mayor consumo de tabaco, alcohol y drogas ilícitas. Con el agravante de una desescalada que, en nuestro país, ha sido muy anárquica e irresponsable, produciendo un incremento mucho mayor del esperado de los casos de contagio.

En estas circunstancias, recordar, que ninguna nación por rica y poderosa que sea, que no es el caso nuestro, sin el compromiso de sus ciudadanos puede salir airosa de esta situación que, por lo que vemos, podría prolongarse en el tiempo. Que hay tres reglas de oro que no debemos olvidar: lavado de las manos, uso de mascarillas y distanciamiento personal.

Y, ¿qué está pasando con los niños que tienen tanto tiempo confinados sin poder hacer lo que antes hacían? Que están cambiando sus hábitos de alimentación. Los que comían muy bien, ahora no están comiendo o están comiendo demasiado. Están teniendo trastornos en la calidad y la cantidad del sueño, con temores, miedos, terror nocturno y pesadillas. Se están convirtiendo en niños muy demandantes, irritables y adictos a la TV Y a todo tipo de pantallas.

Es necesario, que generemos confianza en nuestros niños, que les expliquemos la verdad sobre la pandemia con las palabras adecuadas para su edad y comprensión. Decirles que esto no es para siempre, aunque no sepamos con seguridad cuándo terminará. Debemos implementar una disciplina diaria. La hora de ir a la cama deberá ser siempre la misma, y que vayan al dormitorio sin ningún tipo de dispositivo electrónico. Dar mensajes y contar historias que le generen tranquilidad y confianza. Fomentar bajo nuestra supervisión conexiones virtuales donde el niño pueda compartir con familiares y amigos. Y, al día siguiente, proporcionar una buena lectura, momentos de ocio y ejercicio físico, evitar el sedentarismo y la obesidad, el miedo y la vagancia. Recordar que, manteniendo las reglas y las directrices sanitarias, se pueden hacer caminatas y muchas otras cosas. Por ejemplo, seguir viviendo de la manera más sencilla y sensata posible.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.