martes, 10 de noviembre de 2015

Microbiota, parto, cesárea y alergias

Microbiota son los microorganismos que habitan en las distintas partes de nuestro cuerpo; desde la piel, boca, nariz y los intestinos. Solo el intestino humano alberga unos 100 trillones de microorganismos, entre estos, bacterias que pertenecen a más de mil especies distintas.

Existe una relación entre la forma de nacer y el desarrollo de alergias alimentarias. El niño que nace vía cesárea es más propenso a padecer alergias, asma, rinitis y sobre peso, si lo comparamos con el niño que nació por la vía natural del parto. Esta vía, estimula el sistema inmunológico del niño proporcionándole un efecto protector duradero.

El feto en el útero materno está en un ambiente estéril. Durante el trabajo de parto, a medida que el niño avanza para salir del canal, va tragando los microorganismos que componen la flora vaginal de su madre. Y, su piel al mismo tiempo, se va impregnando de esas bacterias cada vez que se producen las contracciones o “dolores del parto”. Esto no sucede con la cesárea.

Estos microorganismos, despiertan y estimulan el sistema inmunológico del recién nacido de tal manera, que cuando crece, y empieza a ponerse en contacto con una serie de alimentos potencialmente alérgicos, como la leche de vaca, pescado, frutas y frutos secos, su organismo estará entrenado y no reaccionará de una manera exagerada para protegerse de sustancias que en realidad no son perjudiciales; es decir, tendrá menos probabilidades de desarrollar una alergia alimentaria o anafilaxia que aveces pueden ser mortales.

La cesárea, es una operación salvadora solo cuando permitir el parto pone en riesgo la vida de la madre y/o el niño. Esta operación hecha sin una indicación precisa, añade una carga enorme de morbilidad y hasta de muerte, que es responsabilidad del médico evitar.

En otras latitudes y sociedades más avanzadas, donde estos conceptos están bien definidos, y los médicos reciben unos honorarios justos  por su trabajo, cuando se ven obligados a realizar la cesárea, colocan una compresa en el canal vaginal de la madre mientras realizan la operación, para que ésta se impregne de sus fluidos y con ella una vez nace el bebé, humedecen su piel para ayudarle de esta manera a iniciar un mejor desarrollo de su sistema inmune. También de inmediato, inician la lactancia materna, que es una manera natural de colonizar con bacterias beneficiosas el intestino del recién nacido. Además, prefieren no bañar en sus primeras horas al niño, cosa que acá hacemos casi siempre, para llevárselo “limpiecito y bonito” a sus padres.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana







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