Aunque muchos de los argumentos para rechazar las vacunas
tienen raíces emocionales, culturales o basadas en el desconocimiento y la
desinformación. El consenso científico global de miles de estudios revisados
por expertos es claro: Las vacunas son seguras y efectivas para la prevención
de enfermedades con efectos secundarios mínimos conocidos.
Del SARS-Cov-2, el virus más reciente ¿qué debemos saber?
. Que sus efectos se extienden más allá del corto plazo
. Así como sus
hospitalizaciones y muertes
. Que la Covid-
prolongada puede afectar a niños, jóvenes y adultos independientemente de la gravedad
o no de la infección padecida.
. Que las vacunas ARN mensajero marcaron un antes y un
después.
Según los últimos datos del Centro Nacional de
Estadísticas de los EE.UU., se estima que entre 1.6% y 1.8% de todas las
personas entre 40 y 59 años presentan limitaciones importantes debido a la
Covid-prolongada y, además, en los meses siguientes a la infección se ha
evidenciado un aumento considerable de las enfermedades cardiovasculares
independientemente del estado de salud previo y que incluye a niños y jóvenes
sanos.
Personas que se infectaron y tuvieron una enfermedad casi
sin síntomas y que hoy padecen Covid-prolongada, manifiestan un deterioro
cognitivo importante; y la evidencia científica reconoce, además, que, la
vacunación contra este virus, reduce de manera importante el riesgo de padecer esta
complicación.
La población debe saber que, las vacunas actúan de la
siguiente manera: se nos inyecta una dosis mínima calculada de una bacteria,
virus o fracción de virus, vivos, muertos o atenuados engañando nuestro sistema
de defensas que entiende que, un agente infeccioso nos está atacando para
comenzar a producir anticuerpos contra esa supuesta enfermedad, de tal manera
que, cuando la bacteria o el virus real nos contagia ya nuestro organismo está
preparado para evitar la enfermedad. Así de simple. Y la expresión más avanzada
de la investigación en esta línea son las vacunas ARN mensajero que, no
necesitan de una bacteria, ni un virus, sino, de un ARN que lleva la
información para que nuestro cuerpo fabrique la proteína viral específica capaz
de producir los anticuerpos que nos van a proteger. Así de avanzada va la
investigación médica.
Las vacunas ARNm (irracionalmente satirizadas) es un avance
tan grande que, nos atrevemos a decir que para el 2026 o 2028 podríamos
disponer de nuevas vacunas ARN mensajero contra tipos de cáncer específicos que
hoy no tienen cura.
REFERENCIA:
An Evidence-Based Approach to Covid-19 Vaccination. New England Journal of
Medicine. Published July 9, 2025. DOI: 10.1056/NEJMc2507760. Georgio Pappas,
M.D. Institute of Medical Education, Ioannina, Greece.
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