martes, 17 de enero de 2012

Síndrome del niño sacudido


Este síndrome, es un tipo de lesión cerebral que se produce cuando al niño pequeño que no para de llorar, se le agarra por el tórax o los hombros y se le sacude con la intención de hacerle callar. El responsable casi siempre es un papá joven, aunque también puede ser la madre o cualquier otra persona encargada de cuidarlo. Se le conoce también como síndrome del niño zarandeado, y equivale a una contusión cerebral ya que el cerebro del niño rebota de un lado para el otro dentro de la bóveda craneal.

Las consecuencias o lesiones pueden ser graves e incluso fatales: daño cerebral permanente, ceguera, pérdida de la audición, trastornos del lenguaje incluyendo retraso mental, epilepsia, hemorragia de la retina a veces con desprendimiento, hematoma subdural y muerte. En la mayoría de los casos, el adulto no es consciente de la gravedad de su acción, sin embargo, al ser catalogado el hecho como maltrato físico infantil, tiene sus implicaciones legales.

Cuando el niño es llevado a la consulta o a la emergencia, puede presentar inapetencia, nauseas y/o vómitos, irritabilidad, letargo o síntomas que nos hagan pensar en una simple virosis. Los padres no siempre dicen la verdad y muchas veces tienden a confundirnos. Además, pocas veces vamos a encontrar signos de violencia. Pero si se piensa en ello, o si al requerir el auxilio de otros especialistas el oftalmólogo descubre una hemorragia de la retina sin una causa lógica que la pueda explicar, hay que sospechar de éste síndrome. Hasta un 80% de las hemorragias de retina en lactantes sanos se asocian al síndrome del niño sacudido.

El hematoma subdural es una emergencia quirúrgica que se produce por los movimientos de aceleración y desaceleración del cerebro. Entre el cerebro y la tabla ósea del cráneo del niño hay un espacio que es lo que le permite a su cerebro crecer y es en éste espacio donde se encuentran los vasos sanguíneos que se van a desgarrar para producir dicho hematoma. La presencia de esta emergencia, sin un accidente que lo explique, debe hacernos pensar que se trata del síndrome del niño sacudido.

Un lactante que llora constantemente, casi siempre cuando los padres están llegando del trabajo, es algo desesperante. Para evitar caer en una situación que tengan que lamentar, los padres deberán repartirse las responsabilidades, deberán percatarse de que las necesidades del niño estén cubiertas, pañales cambiados a tiempo, alimentación adecuada, protegido del calor o del frio etc. Pero si aún así, su niño sigue llorando desconsoladamente, cerciórese de que no está enfermo y colóquelo en su cuna, haga control de su rabia y frustraciones, aléjese por un rato y déjelo llorar, que nada le pasará, pero lo que NUNCA deberá hacer es sacudirlo.

Dr. Marcos Díaz Guillén

pediatra-neonatólogo

Santo Domingo

República Dominicana.

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