viernes, 11 de mayo de 2012

'Bullying' o Violencia Escolar

“Libre, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies”. “Estas fueron algunas de las últimas palabras que dejó escritas Jokin Zeberio de 14 años de edad antes de suicidarse tirándose al vacio con su bicicleta desde lo alto de la muralla de Hondarriba, España, en septiembre del 2004. Jokin venía sufriendo el acoso de algunos de sus compañeros desde hacía años. Las continuas amenazas, humillaciones, insultos  y golpes lo hicieron sufrir y lo llevaron a la muerte. El hecho, hizo sonar la alarma social, política y educativa y ha generado múltiples debates, pero lamentablemente, no ha frenado el fenómeno”.

Bullying es un término aceptado universalmente y que en el idioma español, no existe una palabra que lo defina literalmente. Se refiere a maltrato, acoso, o abuso intencional en perjuicio de un individuo más débil por otro que es más fuerte convirtiéndolo en su víctima habitual, y que puede darse por días, meses o años, no es el caso del abuso ocasional. El abuso, puede ser por intimidación verbal, psicológica y física con la intención de producir temor, daño o dolor en la víctima.

La víctima se muestra débil, insegura, tímida y con una autoestima muy baja. Le gusta permanecer bastante tiempo con la familia donde se siente seguro. Y, son individuos casi siempre de baja estatura,  gorditos, con lentes recetados para leer o con cierto grado de dificultad en el lenguaje o alguna anormalidad en su fisionomía. Pero pudiera ser cualquier niño o niña.

En la mayoría de los casos los padres y el colegio se enteran muy tarde de que el estudiante está siendo víctima de bullying, y esto, puede tener sus consecuencias para la víctima: sentimiento de desprotección y humillación, fobias al colegio y a los estudios, estado de ansiedad, depresión y muchas veces intentos de suicidio.

La reacción de los padres de un niño víctima de bullying es, actuar con agresividad frente al colegio, al profesor o tomar acción directa contra el victimario, y eso no es correcto. Lo correcto será, involucrar a la víctima, al victimario, al colegio y a las familias. Escuchar a los estudiantes, aunque estos no nos digan toda la verdad. Crear un ambiente de respeto, inculcar valores en el programa escolar, trabajar solidariamente alumnos, escuela y sociedad promoviendo la empatía y buenas relaciones entre todos, reforzar la vigilancia y las conductas positivas e incluso premiar al victimario cuando haga las cosas bien, y no expulsarlo de la institución, porque con ello, lo que se consigue es, dificultar su rescate e integración a la sociedad.

El bullying, es un fenómeno con múltiples raíces imposible de explicar en tan corto espacio, es un problema muy serio y frecuente, que hay que detectar a tiempo y que tiene solución. En su solución, deberán involucrarse los padres, los alumnos y la escuela, todos a la vez. Perder esas perspectivas, sería arriesgarnos a exponer a nuestros hijos a vivir experiencias lamentables para ellos, sus familias y la sociedad misma.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo,
República Dominicana



  
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