viernes, 11 de mayo de 2012

Medicamentos Genericos: ¿Son igual de buenos?

Cuando se inició en nuestro país la fabricación de medicamentos genéricos, la reacción de las farmacéuticas no se hizo esperar al ver por primera vez una competencia en el mercado. Comenzaron por decir, que no se podía garantizar la calidad de esos medicamentos en un país sin tradición en esa área, sus representantes nos agobiaron con su promoción cada día más agresiva y los pacientes y muchos médicos pusieron en dudas la calidad de unos medicamentos más baratos.

¿Por qué los genéricos son más baratos? es todavía la pregunta de rigor ya que nadie regala nada. Los genéricos, tienen esa ventaja, porque sus fabricantes no han hecho inversión en investigación, ni en desarrollo y promoción como lo hizo el fabricante del producto original. Pero, si los medicamentos de marca no tuvieran sus genéricos, el sistema sanitario público habría colapsado,  y los seguros médicos pre pagados también habrían desaparecido al hacerse prohibitiva la cobertura a sus afiliados cuando son atendidos bajo internamiento.

Para la OMS un medicamento genérico es aquel que se vende bajo la denominación del principio activo   que es bioequivalente a la marca original, es decir, que deberá ser igual en concentración, en su farmacocinética y biodisponibilidad respecto al producto original. El genérico en su envase en lugar de un nombre comercial se leerá el nombre de la sustancia o principio activo seguido del nombre del laboratorio que lo fabrica.

Mucha gente relaciona la calidad al precio y es lógico que así sea, porque un buen producto, deberá ser más caro que  otro que dice tener iguales aplicaciones, pero que es fabricado en cualquier lugar, sin los requerimientos reconocidos internacionalmente.  El médico, relaciona la eficacia con la procedencia e investiga quién es el fabricante, reconociendo, que en nuestro país, existen laboratorios  con muy buen historial en la producción de medicamentos de alta calidad a menor precio. Y, eso es lo que se quiere, que el producto ofrezca las mismas garantías a menor costo. Y, para que así sea, las autoridades de salud y de defensa al consumidor deberán jugar su rol haciendo desaparecer del mercado a todo aquel fabricante de medicamentos  que no garantice los estándares de fabricación internacionalmente aceptados.

Pero esos controles, deberán ser para los genéricos y para los medicamentos de marca, porque más de una vez, grandes farmacéuticas han ocultado datos perjudiciales en algunos de sus productos o han amañado los resultados de sus investigaciones de diferentes maneras. Si los controles son estrictos y el fabricante está certificado, no habría ninguna razón para desconfiar de los genéricos y la población se beneficiaría de todas maneras, ya que las marcas estarían obligadas a bajar sus precios, si desean permanecer en el negocio. Definitivamente, en un país pobre, la consigna deberá ser usar el genérico de calidad, dejando la marca original al sector de la población que la pueda pagar.

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo,
República Dominicana



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