El STC afecta al 10% de la población general y al 15% de los trabajadores de distintas ocupaciones, con una incidencia de 60 enfermos por cada 100 mil personas en los EE.UU. Este síndrome produce limitación funcional de la mano que es el instrumento de trabajo más importante del individuo, repercutiendo en sus actividades diarias y en su calidad de vida. El impacto económico es importante por la gran demanda de recursos y el ausentismo laboral que produce.
Sus causas pueden ser mecánicas: fracturas mal consolidadas de la muñeca, cicatrices, queloides, actividad secretarial por uso excesivo de la máquina de escribir o la computadora etc. Las infecciones por hongos o bacterianas, la artritis y enfermedades de depósito como la gota, y malformaciones congénitas como un túnel estrecho de nacimiento, lipomas, hemangiomas etc.
El STC es raro en la infancia particularmente por debajo de los diez años, aunque se ha reportado en niños por debajo de esa edad. El diagnóstico se sospechará, en toda persona con debilidad de la musculatura de la mano, torpeza en la manipulación, que tiende a no usar su mano, aunque ésta sea su mano dominante, dolor, hormigueo y entumecimiento. El diagnóstico es clínico, pero deberá confirmarse con la electro neurografía de ambas extremidades superiores, aunque solo una esté afectada. El tratamiento casi siempre termina siendo quirúrgico.
En el niño y personas jóvenes, su etiología pudiera ser distinta aunque sus manifestaciones muy similares a las del adulto, obedeciendo a veces en los primeros, a una enfermedad lisosomal. Y, ¿Qué es una enfermedad lisosomal?, Son trastornos hereditarios que se producen por la incapacidad del organismo de degradar las macromoléculas por un defecto funcional específico. Esto, provoca la acumulación de macromoléculas en el lisosoma. Un ejemplo es, la amiloidosis que es la acumulación de una proteína anormal llamada amiloide por su afinidad por los colorantes yodados similar a la del almidón. Pero pudiera ser también por acumulación de lípidos o de mucopolisacáridos. En resumen, el mensaje que se quiere dejar es, que siempre que se diagnostique el STC, sea en un adolescente o en un adulto, deberá investigarse más profundamente, porque éste síndrome, pudiera ser la primera manifestación de una enfermedad hereditaria compleja.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo,
República Dominicana
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