lunes, 25 de julio de 2016

El pediatra: adolescencia y suicidio

El suicidio en los adolescentes se ha convertido en un problema de salud pública en todo el mundo. Lo podemos evitar, aunque no eliminar. Y, de los profesionales de la salud, el pediatra es uno de los especialistas que más puede ayudar en su prevención, ya que es el médico familiar por excelencia, el que establece los vínculos más fuertes y duraderos con los padres y sus hijos. Por esta razón, los pediatras debiéramos adquirir los conocimientos y habilidades que nos permitan identificar a tiempo a los jóvenes en mayor riesgo.

El suicidio en adolescentes afecta a todas las razas y grupos sociales, y su frecuencia es más alta en los hombres que en las mujeres. Porque no hay dudas que el hombre utiliza en sus intentos, métodos más letales que la mujer. También es cierto que en algunas minorías las tasas son mucho más altas: lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros.

 Aunque no hay una prueba específica para identificar al joven con ideas suicidas, existen factores de  riesgos que el pediatra debe conocer para poder referir a tiempo: historia familiar de suicidios, problemas de salud mental de los padres, jóvenes con cuestionamientos sobre su identidad sexual, niños adoptados, jóvenes sujetos de bullying en la escuela, historia de abuso físico y/o sexual etc.  El pediatra además, deberá estar familiarizado con la metodología de cuestionamientos que hará al adolescente a solas, sin sus padres: ¿has pensado alguna vez en quitarte la vida o lo has intentado?, ¿tienes pensamientos reiterativos sobre la muerte? ¿Qué piensas de tu futuro? ¿La vida merece vivirse?, ¿qué planes tienes para cuando seas mayor? Y dejarlo hablar. El pediatra está en condición de hacer todo eso, porque con el tiempo,  se ha ganado su confianza y respeto.

La tenencia de armas de fuego, independientemente de lo seguro que se guarden, se asocia a un riesgo mayor de suicidios en el adolescente. Porque éste, si está decidido, de alguna manera la encontrará. Si es inevitable tener el arma, deberá guardarse en un lugar seguro, con las balas en otro lugar que solo el responsable de dicha arma conozca.

El suicidio de un adolescente es una tragedia que podemos evitar. El pediatra puede ser un elemento fundamental en su prevención, pero se necesita de la colaboración de toda la sociedad. Desde los  médicos, la familia y educadores, hasta la  televisión y demás medios de comunicación social, haciendo mejores prácticas en las formas de reportar muertes y suicidios.    
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra neonatólogo
Santo Domingo,
República Dominicana

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