miércoles, 2 de mayo de 2018

Pachamama









La ONU reconoce que la tierra y sus ecosistemas son el hogar de la humanidad. Sin embargo, el hombre moderno no lo ha entendido todavía. Desde el año 1970, el 22 de abril es el día internacional de la tierra, declarado, con la intención de crear una conciencia común sobre los problemas medio ambientales cuyos orígenes están en la gente: superpoblación, contaminación y lo poco que hacemos para la preservación de la biodiversidad.

Pacha Mama es un término en lengua quechua. Pacha se traduce como “tierra” y mama que equivale a
“madre”, por lo que pacha mama para ciertas etnias andinas significa “madre tierra”. Llama la atención, que para esta gente de vida tan elemental y primitiva, la tierra tenía y tiene la categoría y el respeto de algo casi divino. La tierra en su concepción no se refiere solo al planeta o a la tierra en sí, sino, que abarca mucho más. Es la comunión armoniosa del ser humano con la naturaleza, con la que interactúa permanentemente a través de sus rituales. Estos seres humanos entendieron, distinto al hombre actual, que la Pacha Mama nos protege, nos cuida y nos alimenta, por lo que debemos amarla, respetarla y cuidarla.

La deuda que tiene el hombre “civilizado” con el planeta por nuestros desafueros, la podemos resarcir: enseñando a nuestros niños esos valores. Que amar y respetar nuestro habitat, es amarnos y respetarnos a nosotros mismos. Esta tarea, debe comenzar en nuestras casas desde muy temprano apoyada por el colegio y la escuela. Es nuestro deber, que los niños aprendan sobre ecología. Inculcarles  lecturas sobre la fauna y la flora. Sobre el valor del agua y lo que significa para muchos niños y adultos que enferman y mueren a diario por lo difícil que les resulta acceder a ella. Que aprendan a cerrar las llaves de agua, a apagar las luces que no están usando, a gastar menos papel en sus tareas usando ambos lados de una misma hoja, a reciclar etc. Son acciones muy simples, que aprendidas desde muy temprano, formarán ciudadanos más considerados, compadecidos y felices. La madre tierra les agradecerá y les devolverá con creces.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana







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