La apoptosis es un suicidio celular que aunque parezca una paradoja, nos mantiene con vida. Cada día, se produce en el ser humano el suicidio de más de 10 mil millones de células, programadas genéticamente para que así suceda. A veces, las células se hacen rebeldes y se resisten a auto suicidarse, hacen caso omiso del programa genético que se les asignó y se multiplican de forma excesiva en células neoplásicas.
Las especies se perpetúan cuando nacen nuevos individuos a la vez que van muriendo los enfermos y/o más viejos. En el ser humano, las células más viejas y enfermas deciden voluntariamente quitarse la vida para que la vida misma continúe, es algo para lo que están programadas. ¿Por qué se produce ese extraordinario ordenamiento genético y molecular?, no lo sabemos a ciencia cierta.
La "decisión" de iniciar la apoptosis puede provenir de la célula misma, del tejido circundante o de una reacción del sistema inmune. Cuando la capacidad de una célula para iniciar este proceso es defectuosa, debido a una mutación, o si el inicio de la apoptosis ha sido bloqueado por un virus, la célula dañada puede continuar dividiéndose sin control dando como resultado tumores que pueden ser malignos.
Decimos que la apoptosis está equilibrada, cuando nuestros tejidos y órganos están sanos, cuando las células nacen y mueren siguiendo el equilibrio para el que genéticamente fueron diseñadas. Pero muchas veces, puede estar aumentada o inhibida dando origen a una serie de enfermedades.
Entre las enfermedades por inhibición de la apoptosis están: el linfoma no Hodgkin, tumores hormono dependientes, el lupus eritematoso sistémico, infecciones por herpes virus, etc. Enfermedades asociadas a un aumento de la apoptosis son: el Sida, Alzheimer, Parkinson, anemia aplástica y otras.
Este escrito, ha querido ser una reflexión sobre la maquinaria perfecta que es el ser humano, quizá una reflexión sobre el delicado hilo que separa la salud de la enfermedad o una elucubración sobre esos procesos que se producen en silencio en cada uno de nosotros, que son la diferencia entre estar vivo o muerto. ¿Quién ha podido ser el artífice de ese sofisticado laboratorio que es nuestra humanidad? Yo creo honestamente que ese artesano se llama Dios. Con esta afirmación quiero decir además, que creo estar muy lejos de contrariar la evolución y origen de las especies, cuestión que también debe ser parte del plan de Dios.
Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra - Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
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