Una pregunta que frecuentemente se hacen las madres primerizas cuando deciden tener otro bebé es,
¿ Voy a querer al segundo niño como amo a éste ?. ¿Cómo voy a repartir todo el amor que hoy tengo
Por mi hijo ?. A esa joven madre hay que decirle, que el amor no se divide, se multiplica, que espere parir ese otro niño y se dará cuenta.
Y muchas veces no tiene que esperar al momento del parto, desde que su vientre comienza a crecer y desde que siente los primeros movimientos de su nueva criatura, se inicia un enamoramiento que en nada merma el amor por su primogénito.
Sin embargo, la realidad es, que cuando va a nacer el primer hijo, se producen tanto en la madre como en el padre, una serie de fantasías, sentimientos e ilusiones que nunca van a ser los mismos que cuando va a nacer un segundo o tercer niño. Y, es muy posible que las manifestaciones y expresiones en un caso y en otro sean distintas, pero la intensidad del amor siempre será la misma.
Por lo dicho, quiero compartir con los lectores, una anécdota que leí recientemente: “En un supermercado estaba una madre con su niño pequeño, un señor se le acercó sonriente y le dijo: La felicito, tiene usted un niño muy hermoso, se parece a uno de los míos. ¿Cuántos niños tiene usted? preguntó la joven señora, cuatro respondió satisfecho el caballero. ¿Cuatro?, yo no sabría cómo dividir el amor que le tengo a mi hijo entre otros tres. Tranquila señora, la vida le enseñará que el amor nunca se divide, que el amor se multiplica, esa es la riqueza del amor, que suma y multiplica, nunca resta o divide “.
En el amor no hay límites, en dar ni en recibir. Podemos cosechar los mejores frutos cuando en nuestras acciones hay amor, si somos solidarios y compartimos generosamente. La solidaridad es el amor con un compromiso social, ella, nos aleja de la violencia y nos acerca a la paz. Seamos solidarios ahora que el egoísmo, las desigualdades y la injusticia amenazan con destruir la sociedad y terminar con lo único que es capaz de unirnos: La familia. En la familia, si la cuidamos, hallaremos amor y solidaridad, y donde existen estas virtudes, habrá justicia y donde hay justicia, siempre habrá paz.
Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra - Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana
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