La vulvovaginitis, que ocupa el primer lugar com consulta ginecológica en niñas preescolares, es la inflamación de la vulva y la vagina al mismo tiempo. Unas veces es de origen bacteriano y muchas otras de origen no específico. Los síntomas que nos hacen sospechar su existencia son: enrojecimiento y comezón en la vulva, flujo o secreción y ardor al final de la micción, si a esto se añade prurito anal por las noches, es muy posible que se trate de parasitismo intestinal con vulvovaginitis como complicación.
El médico con los padres hará una historia clínica cuidadosa para descubrir su origen: antecedentes de diabetes en la familia, hábitos de higiene, natación en piscinas mal cuidadas, uso de spray, shampoo, perfumes o desodorantes genitales, ropa interior de nailon, pañales desechables si se trata de lactantes, tapones vaginales, masturbación reiterativa, manipulación genital abusiva, elementos que nos darán una idea de la posible causa.
En la consulta de pediatría es muy frecuente recibir a madres preocupadas porque su niña recién nacida presenta una secreción vaginal blanquecina, hay que explicarles que es algo normal y se debe a la concentración de estrógeno materno circulando en la niña y que no se trata de infección. A veces, dicha estimulación produce sangrado simulando una menstruación que desaparecerá en unos días.
En otras ocasiones se trata de niñas mayoristas entre 6 y 10 años también con flujo vaginal. Si no hay picazón, enrojecimiento u otra molestia, deberá explicárseles que también eso es normal y no deben preocuparse. Con el inicio de la actividad cíclica del ovario que comienza antes de la primera menstruación, la vagina de la niña es estimulada produciéndose una secreción mucoide que en muchos casos mancha su ropa interior. Esta secreción aparece y desaparece por mucho tiempo y tampoco se trata de infección, es algo funcional, y cuando se hacen cultivos de esas secreciones siempre serán negativos.
Algo muy importante, cuando se presentan signos y síntomas de vulvovaginitis, es que el médico tenga muy presente las bacterias que comúnmente se encuentran en la vagina de una niña sana comparadas con aquellas que se van a encontrar en los casos de abuso sexual. Si se comprueba la presencia de clamydia trachomatis, gonorrea, tricomoniasis o cualquier otro agente de transmisión sexual, es muy probable que se trate de abuso sexual, el cual una vez documentado deberá comunicarse de inmediato a la autoridad de salud y/o judicial correspondiente.
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