jueves, 2 de marzo de 2017

Hábitos del sueño para tener un bebé o un niño saludable


Un niño pequeño necesita 12 horas de sueño nocturno, solo así,  podrá rendir y aprender satisfactoriamente al día siguiente.  Si los padres no están en la capacidad de crear una disciplina del sueño, los resultados serán muy malos, y es posible que los llamen del colegio para decirles que su niño es distraído y lento en su aprendizaje.

A los padres que van a mi consulta siempre les pregunto cuál es el patrón de sueño de su hijo y la mayoría me da respuestas como estas: "mi hijo se acuesta un día a las 9 y otro día a las 11 a pesar de que comienzo a dormirlo desde muy temprano" o "mi hijo se despierta dos y tres veces por la noche, me levanto a alimentarlo y lo llevo a dormir a mi cama".  Primero, al niño no hay que dormirlo, debe dormirse solo si se le ha creado el hábito, segundo, comer de noche es alimentar el sobre peso y tercero, dormir en la misma cama con los  padres ha sido causa de muerte por sofocación.

Los padres, deben establecer una hora para ir a la cama, con un tiempo previo de juego y lecturas.  Si no hay libro, el niño disfrutará la voz de su madre o su padre y le complacerá oír los distintos tonos de voz, las inflexiones, las muecas y los ademanes. Invente historias. Y esto, es para todas las capas sociales, incluso hasta para los analfabetos si el hogar es estable y los padres amorosos.

A los padres les recomiendo hacer una rutina que el niño o el bebé aprenderá en poco tiempo: Ponga la habitación lo más confortable posible, a oscuras. Y, en el baño, con luz, dele al niño un baño de agua tibia sin jabón, de pies a cabeza por 5-10 minutos, séquelo, póngale su pijama, hágalo cantando si lo desea,  y páselo a su cuna. El niño creará un reflejo condicionado: me bañan, me visten, y me pasan del día a la noche. En poco tiempo, desde las 7 de la noche, el niño estará inquieto pidiendo su rutina. Será un niño alegre, disciplinado y con buen apetito.

Dormir suficiente es necesario para una buena salud física y mental. Mientras dormimos, el cerebro y el cuerpo realizan muchas tareas importantes para una vida mejor: se desarrolla nuestra memoria para resolver mejor los problemas, mejora nuestra presión arterial,  y nuestro sistema cardiovascular recibe el descanso que necesita. Nuestra frecuencia cardiaca disminuye, y nuestro sistema inmune se fortalece para defendernos mejor de las infecciones. Las hormonas, entre ellas la hormona del crecimiento, en la edad pediátrica, se libera en mejores cantidades durante el sueño nocturno. Y lo más importante: con una disciplina sana del sueño, estaremos criando niños ecuánimes, inteligentes, respetuosos,  saludables e  independientes.

Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo
Santo Domingo, República Dominicana

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