viernes, 13 de septiembre de 2019

El trasplante: única cura para la anemia falciforme


La enfermedad de células falciformes a pesar del buen manejo médico actual sigue asociada a una alta morbilidad y a una esperanza de vida muy por debajo a la esperada. El trasplante de médula ósea de progenitores o familiares cercanos compatibles, es la única opción de curación a pesar de que no es fácil encontrar al donante ideal, que es caro y que tiene su tasa de rechazo y muerte. Pudiera ser la solución para el niño falcémico, como lo ha sido para otros con leucemia, talasemias y otras enfermedades.

La anemia falciforme la padecen muchos niños en la R.D., es más común en la raza negra y entre los hispanos, aunque se ve en cualquier otra raza. Es una enfermedad hereditaria en la que los glóbulos rojos contienen una proteína anormal que los hace menos flexibles, que les cambia su estructura y que a su vez los lleva a romperse y a apiñarse en los pequeños vasos sanguíneos e impedir que el oxígeno llegue a los distintos órganos y tejidos. El paciente falcémico va a padecer de anemia severa, fallo cardiaco, crisis de dolor severo, accidentes cerebro vasculares y otras complicaciones que le predisponen a morir más joven.

El tratamiento médico actual es paliativo o sintomático, no cura la enfermedad y consiste en el uso a largo plazo de antibióticos para evitar las infecciones, analgésicos para los dolores que son insoportables, transfusiones frecuentes de sangre y, el uso de la hidroxiurea que es un medicamento que ha demostrado que reduce o retrasa las complicaciones y aumenta los niveles de la hemoglobina en la sangre. La única cura demostrada es el trasplante de médula ósea, que debe hacerse antes de los 16 años de edad, que implica disponer de laboratorios muy especializados, donantes difíciles de conseguir, someter al paciente a quimioterapia y radioterapia, y, que la muerte y el rechazo pueden ser sus complicaciones en algunos casos. Sin embargo, la comunidad médico - científica está y debe seguir trabajando en esa línea. ¿Por qué? Porque es una esperanza y la única posibilidad de cura en la actualidad. Porque hasta hoy, la ciencia, la medicina y la tecnología solo han conseguido aliviar y, porque una gran legión de niños falcémicos que sufre junto a sus padres y a sus médicos, merecen esa oportunidad. 

Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana.


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