martes, 27 de septiembre de 2011

Unidad de cuidados intensivos neonatal


Una madre me escribió muy angustiada, porque su niña recién nacida fue ingresada en una UCIN. Las reglas en esa unidad son tan rígidas, me decía, que solo me permiten estar con mi hija pocos minutos al día, y antes de entrar a esa unidad, tengo que ponerme un gorro, mascarilla y una bata manga larga, por lo que el contacto físico y visual con mi hija no existe.

Cuando un recién nacido necesita de cuidados especiales, porque es prematuro, o por cualquier condición que ponga en riesgo su vida, es ingresado en una sala que se conoce como Unidad de cuidados intensivos neonatal. Esta unidad, dispone de un personal especializado para tratar a estos niños y explicar a los padres todo lo relativo a la enfermedad de su hijo, su evolución, sus complicaciones, pronóstico y tratamiento. El personal médico y de enfermería, pondrá un interés especial para que los padres permanezcan el mayor tiempo posible en la unidad, excepto cuando se están haciendo las rondas o si se está practicando algún procedimiento, por razones obvias.

Una práctica que quedó atrás hace más de cuatro décadas es, la de separar a los padres del hijo (a) críticamente enfermo. Si el paciente y sus padres están en relación permanente, cuando aquel va mejorando, estos se van haciendo la idea que pronto todos estarán juntos en casa, además, terminarán siendo expertos en el manejo de su hijo. Si las condiciones del niño se complican y los padres están conscientes de esa realidad, el duelo será menos traumático y se aceptará el hecho desafortunado de una muerte temprana, si se produjera, en mejores condiciones de ánimo.

Los médicos y demás proveedores de salud son imprescindibles en la UCIN, porque se trata de dar al niño enfermo una asistencia profesional compleja, pero jamás podrán reemplazar a los padres. Para lograr la integración de la tecnología que hoy existe en una UCIN con lo humanístico, se necesitó de muchos años y de un cambio radical de mentalidad para entender que los padres son parte importante de ese equipo de salud. Y para ello, los que manejan la UCIN deberán ser los primeros facilitadores.

Por otra parte, en los países más desarrollados, a la UCIN se entra en ropa de calle, con mangas hasta los codos, respetando estrictamente el lavado de las manos con un jabón antiséptico cuyos dispensadores se cambian o se esterilizan cada cierto tiempo. La ropa manga larga que se usa y reúsa, la manipulación innecesaria del paciente, las tomas reiteradas de muestras de sangre y otros fluidos sin criterios claros y sin el lavado riguroso de las manos, son algunas de las causas de las infecciones y altas tasas de mortalidad que observamos en nuestro medio. Y en eso, los padres no tienen ninguna culpa.

Marcos Díaz Guillén

pediatra-neonatólogo

Santo Domingo,

República Dominicana

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