Todos los especialistas en sexualidad humana están de acuerdo en que al
niño hay hablarle de su sexualidad desde temprano, empezando porque conozcan
las partes de su cuerpo, entre estas, sus genitales. Ofrecerles una información
adecuada les hará sentir seguros, con más control de su cuerpo y de ellos
mismos, y los hará menos vulnerables a ser abusados.
Pero, ¿qué sucede con el niño con discapacidad o retraso mental?, ¿no tiene
ese derecho?. Es necesario superar muchas falsas creencias sobre la sexualidad
en los discapacitados, entre ellas, que las personas con discapacidad son
asexuadas, son sexualmente como niños, no son sexualmente atractivos, no debe
despertarse en ellos el interés sexual, porque son inocentes, a las chicas
retrasadas no les interesa el sexo etc. etc. Nada de ello tiene una base cierta
y además, esconde una actitud de injusticia y discriminación.
Ante esas falsas creencias, debemos mencionar solo algunos de los derechos
fundamentales de los discapacitados que afectan su seguridad y su bienestar
interpersonal y sexual. El discapacitado tiene derecho a la propiedad de su
cuerpo como cualquier otra persona llamada “normal”, tiene derecho a la intimidad y a la
privacidad, a recibir información y ayuda en el campo de la sexualidad, a
relacionarse con los demás, y a manifestar su sexualidad acorde a su edad y a
su grado de discapacidad, a explorar su cuerpo y a descubrir el placer sexual.
Sus derechos, casi siempre son expresados y exigidos de alguna manera por
la propia persona con retraso, y deberán en todo caso, ser bien vistos,
supervisados y promovidos por los padres o tutores en la medida que esto sea
posible, teniendo en cuenta, que tutores y/o padres, son corresponsables de las
consecuencias que el ejercicio de esos derechos conlleva.
Lo que debe quedar claro es, que los
niños, jóvenes y adultos con retraso mental ligero, moderado o severo, tienen
su sexualidad, como la tiene usted o la tengo yo, y que tienen el mismo derecho
que tenemos nosotros a disfrutarla. Que necesitan de nuestra ayuda y
comprensión para entenderla y practicarla. Reconociendo, que muchas veces dicha
sexualidad podría consistir unicamente en un erotismo íntimo, privado y muy
personal como es la masturbación con el que no debemos interferir.
(Fuente: Instituto Universitario de Integración en la Comunidad,
Universidad de Salamanca, España. III congreso sobre “La atención a la
diversidad en el Sistema Educativo”. Félix López Sánchez, catedrático de
psicología de la sexualidad, universidad de Salamanca, España).
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo,
Santo Domingo,
República Dominicana.
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