lunes, 14 de abril de 2014

Monóxido de Carbono










 –No se ahogaron los cinco, porque ya habían sacado toda el agua.  –No murieron todos, porque los bomberos llegaron a tiempo y todo el personal médico estaba presente.

Hace tres semanas, un centro médico de la capital contrató una compañía de limpieza para dar mantenimiento a su cisterna. Los trabajadores de dicha compañía, sin capacitación en su oficio, conectaron una planta eléctrica portátil para extraer el agua de la cisterna localizada en un lugar con poca ventilación. Al rato, alguien dio la alarma de que tres trabajadores estaban inconscientes en el fondo del estanque. Dos empleados del centro que fueron en su auxilio, sufrieron la misma suerte. Era un sábado y a esa hora, el tránsito permitió que los bomberos llegaran en menos de cinco minutos. En la clínica, por suerte se estaba operando  a esa hora. Todo el personal médico de emergencia,  de cirugía, enfermeras, paramédicos, anestesiólogos y el cardiólogo, trabajaron rapidamente logrando resucitar a los afectados que estaban en hipotensión, inconscientes y convulsionando. Todos fueron salvados milagrosamente de morir envenenados por monóxido de carbono.

 Hace ya unos años, una pareja fue encontrada muerta en la marquesina de un motel. Todo parece indicar, que cerraron el portón y se quedaron algún tiempo en el aire acondicionado  del vehículo con el motor en marcha, se envenenaron con monóxido de carbono. Más de una persona se ha quitado la vida voluntariamente inhalando monóxido de carbono de esa  misma manera.

El monóxido de carbono es un gas sin olor ni color que tiene una gran afinidad por la hemoglobina,  una vez inhalado se une a ésta proteína formando una molécula llamada carboxihemoglobina. Tiene 240 veces más afinidad por la hemoglobina que el oxigeno al que rapidamente desplaza. Al no llegar oxigeno en cantidad suficiente a los tejidos y órganos vitales, el paciente puede morir en pocos minutos. La rapidez con la que se actúe es vital, como también lo es, el tiempo de exposición al gas.

El monóxido de carbono se encuentra en el humo de la combustión de los automóviles, en la combustión de la leña, plantas eléctricas, fogones, candelabros etc. Cualquier persona, niño o adulto que respire estos gases en un lugar poco ventilado, puede envenenarse. Y, los primeros síntomas suelen ser: cefalea, mareos, nausea, vómitos, debilidad, perdida de la conciencia, coma y muerte.

La medida más importante que primero se debe tomar es, retirar al paciente del lugar donde se está produciendo el tóxico y si es posible, suministrarle oxígeno al 100%. De inmediato, llevarlo a la emergencia del centro médico más cercano, donde se tomarán acciones más complejas si fuese necesario.

Si el caso que hemos narrado se produce en otro lugar y no en una clínica, y si no se hubiesen dado las circunstancias casi milagrosas que se dieron, hoy estaríamos narrando la historia, pero con un final diferente. Tenemos que  aprender, que no se puede vender un servicio cual que sea, con personas sin preparación para ese oficio. Eso debería ser cosa del pasado. Y, en nuestro medio, ¿quién los regula?
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo
República Dominicana




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