Es una condición mental y conductual que forma parte del espectro autista,
sin ser autismo. La persona afectada, tiene dificultad para interactuar
socialmente y sin que presente retraso mental o trastornos del lenguaje. Aunque
tiende a aparecer en edades tempranas, sus características se hacen notorias en
fases más tardías del desarrollo, cuando la interacción social es más
demandante.
La denominación “síndrome de Asperger” la usó por primera vez la psiquiatra
inglesa Lorna Wing en 1981, llamándole así, en honor al trabajo de Hans
Asperger Psiquiatra y pediatra austríaco quien lo había descrito en 1943. Pero
dicho trastorno solo se reconocería como una entidad clínica en la década de
1990 cuando fue incorporado en el manual de diagnóstico y trastornos mentales
(DSM IV) en su cuarta edición de 1994. Asperger describió el síndrome basado en
las observaciones de cuatro niños, pacientes en los que encontró dificultad
para la integración social. Estos niños, no podían demostrar empatía con sus
compañeros, eran algo torpes físicamente, pero muy prolíficos en su lenguaje
verbal.
Los niños con Asperger tienen en común ser incapaces de leer entre líneas,
no pueden entender las implicaciones ocultas de un mensaje verbal directo, y no
saben interpretar lo que cualquier otro niño de su edad entendería facilmente.
En otras palabras, si la maestra le preguntara a un niño con Asperger que no
entregó su tarea, ¿qué pasa, fue que tu perro se comió tu tarea?, podría contestarle que su perro no come papel
o quedarse pensativo y decirle, “sabe profe, que mi papá se compró un carro
nuevo”. Si la profesora o el colegio desconocen
la realidad de ese niño, podrían tratarlo como a un alumno retrasado, arrogante
o irrespetuoso y hasta castigarle. De ahí la necesidad de diagnosticar estos
casos, para prestarle atención especial y una enseñanza personalizada, porque
no son niños retrasados, más bien, muchos de ellos son inteligencias
privilegiadas.
Los niños con Asperger suelen manifestar obsesión por asuntos específicos como la aviación, astronomía, las
computadoras o las carreras de autos etc., y a muy temprana edad pueden llegar
a dominar tan bien el tema de su interés que Hans Asperger les llamó mis “pequeños
profesores”, porque con diez o doce años de edad podían manejarse con la
categoría de un profesor universitario. Este síndrome, deberá diagnosticarse a
tiempo, y el niño ser tratado como un alumno más, en colegio y escuela
regulares, pero con una atención personalizada, porque son personas normales,
solo que fallan en su interrelación con los demás, pero que irán madurando y
mejorando con el tiempo.
Dr. Marcos Díaz Guillén
pediatra-neonatólogo
Santo Domingo,
República Dominicana
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